Los insurgentes hutíes anunciaron el 4 de diciembre la muerte de Salé y difundieron un vídeo con su cuerpo ensangrentado; más tarde, el partido liderado por Salé, Congreso General del Pueblo, confirmó su muerte.
"El modo de que fue asesinado Salé muestra a todos un carácter criminal y la falta de cualquier humanismo en estos grupos que son la causa principal de la devastación en el país tras el golpe de 2014", dijo Gheit citado por el portavoz de la Liga Árabe, Mahmud Afifi.
"Esta obstinación ante todos los esfuerzos políticos para encontrar decisiones llevó la situación a un callejón sin salida", subrayó.
El secretario general de la Liga Árabe precisó también que los hutíes quieren controlar todo el pueblo yemení y sus bienes, lo que "contradice todos los fundamentos y principios" y llamó a "resistirlo por todos los medios legales posibles".
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Subrayó que la comunidad internacional debe entender ahora que "los grupos hutíes son una organización terrorista que controla con armas al pueblo".
De acuerdo con la Cruz Roja, la escalada de violencia se ha saldado con al menos 234 muertos.
El 2 de diciembre, tras varios intentos de solucionar el conflicto con los hutíes, el partido de Salé los acusó de un golpe de Estado, lo que significó una ruptura con los insurgentes chiíes.