"Se me completó la vida", aseguró la joven en una rueda de prensa.
La primera en ser secuestrada el 14 de diciembre de 1976 fue Ortonali, que transitaba su octavo mes de embarazo, explicó la presidenta de Abuelas, Estela de Carlotto.
A las semanas, Garnier "se despidió de su familia diciendo que iba a buscar a su hijo y al poco tiempo el 8 de febrero, él también fue secuestrado", continuó.
La nieta 126 "recibió la noticia en la Conadi (Comisión Nacional por el Derecho a la Identidad), y accedió inmediatamente a encontrarse con los compañeros de militancia de sus padres", explicó la titular de Abuelas.
Proceso de descubrimiento
Hace un tiempo la joven se aproximó a la sede de la organización una vez se enteró que no era hija biológica de sus padres, algo que descubrió el sábado 2.
"El lunes [4 de diciembre] ya estaba acá, quería saber si era hija de desaparecidos, más que nada por mi fecha de nacimiento", detalló.
La mujer decidió entonces seguir su vida "pensando otra historia alternativa, que me habían abandonado", relató.
Pero el pasado lunes 27 volvió a recibir un llamado de la Conadi, esta vez para comunicarle que debían darle información muy importante en persona.
Acompañada por una amiga del trabajo, donde se encontraba cuando la llamaron, la nieta 126 finalmente recibió "la feliz noticia que ya todos saben".
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Con 40 años, la nieta 126 ha descubierto que tiene una abuela con la que se comunicó por primera vez y la cual "es una genia, ya la quiero".
Su comparecencia pública, que no suele ser habitual en los anuncios de hallazgos de nietos, lo hizo en primer lugar por ella, "para compartir esta felicidad con todos ustedes".
"Y segundo, si puedo ayudar a quien tiene dudas, bienvenido sea; el amor es más fuerte que el odio, siempre", concluyó.
Abuelas de Plaza de Mayo intenta restituir a sus legítimas familias a unos 500 bebés que nacieron en el cautiverio de sus padres durante el terrorismo de Estado y fueron apropiados por agentes de la dictadura o dados en adopción ilegal.