"No aceptaremos ninguna forma de divergencia reguladora que separe a Irlanda del Norte del resto del Reino Unido económica o políticamente", desafió Arlene Foster, líder del principal partido norirlandés, el unionista DUP.
Se trataría de la formación de un ente mixto encargado de asegurar la convergencia de normativas entre el Norte británico y la República irlandesa después del Brexit, que evitaría el retorno de controles oficiales en los más de 200 pasos entre ambos territorios.
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El DUP sustenta al Gobierno minoritario de May con sus diez diputados en Westminster y amenaza con retirar su respaldo si el Ulster recibe un trato especial en el pacto del divorcio de la UE.
"La integridad económica y constitucional del Reino Unido no puede comprometerse", reiteró Foster ante las cámaras de televisión.
Los líderes de la UE 27 —todos los Estados miembros de la UE sin el Reino Unido— han de decidir si se ha dado "progreso suficiente" en la primera fase de negociaciones, centrada en los derechos de la ciudadanía y la factura del divorcio, además de Irlanda.
El aprobado en la cumbre del Consejo Europeo de los próximos 14 y 15 de diciembre encaminaría el proceso a las cuestiones de la transición del Brexit y la futura relación comercial entre Bruselas y Londres.