En el caso de Brasil, donde la mitad de la población es negra, esta realidad es aún más extrema. Las mujeres brasileñas encabezan las peores estadísticas, siendo este uno de los países más letales para las féminas en el mundo.
Y las mujeres afrodescendientes son las que más lo sufren. Durante el reciente Encuentro Feminista de América Latina y el Caribe (EFLAC) que tuvo lugar en Uruguay Giovanna De León, coordinadora y abogada uruguaya, integrante de la Red de mujeres afrodescendientes, latinoamericanas, y de la diáspora explicó a Sputnik la importancia que los movimientos feministas incorporen la cuestión de la raza a su lucha.
"Todos los blancos están en una situación de privilegio y nosotras tenemos que escalar desde lo más bajo para tratar de llegar a estar equitativamente con ellos. Esa es nuestra lucha", explicó De León.
La mayoría de las veces, las afrodescendientes terminan realizando las tareas domésticas y de cuidados de muchas mujeres de otras características raciales.
Uno de los temas fundamentales que planteó la abogada es el de la vivienda debido a que las mujeres afrodescendientes presentan más dificultades para acceder a este tipo de bienes.
"Nos cuesta mucho acceder a una vivienda, nosotras en particular tratamos de capacitar a las mujeres para que ellas se informen y sepan que hay cooperativas de viviendas que pueden acceder y todo lo que tienen que lograr, información que algunas desconocen", comentó.
Respecto al resto de los países, si bien Brasil acumula peores cifras, también es el que ha implementado las mejores políticas para promover la equidad racial, aunque con el cambio de Gobierno del último año muchas conquistas se están perdiendo.
"Brasil, por el gran número de personas que tiene y de afrodescendientes, es un referente muy importante para nosotros y ellos han tenido acciones muy positivas a nivel educativo, incluso llegaron a tener un ministerio que atendía estas temáticas, aunque en los últimos tiempos han retrocedido, América Latina ha tenido un retroceso en este sentido", aseguró.
"Hasta que no se ataque la raíz del racismo no se podrán resolver los problemas que tenemos como mujeres afrodescendientes", declaró.
Pero para llevar adelante cambios duraderos, es importante que las mujeres ocupen más espacios de poder, y así puedan incorporar estos temas en las agendas públicas.