"Las imágenes y textos de esta exposición confirman una certeza: Fidel puso a Cuba en la historia, y eso lo saben las estrellas, tal como expresó en sus versos una vez el poeta chileno Gonzalo Rojas", dijo en la inauguración la investigadora sobre la vida y la obra del autor de La Historia me Absolverá, Katiuska Blanco, curadora histórica de la muestra.
Evocó que cuando rondaba los 10 años, en su casa natal de Birán, actual provincia de Holguín en el oriente del país, en 1935 y 1936 Fidel Castro (1926-2016) estuvo al tanto de las guerras de Abisinia y de la contienda civil española, respectivamente a través de la prensa, que leía a trabajadores de la finca de su padre.
"Así, tuvo por primera vez en su vida la noción de que el mundo era un lugar estremecido e injusto —comentó la investigadora—, donde aún se dirimían grandes batallas, los héroes y antihéroes no eran algo del pasado o de la antigüedad remota".
Recordó que durante la Segunda Guerra Mundial (1939-1945) estuvo al tanto de las novedades del frente bélico, muchos de esos acontecimientos dejaron una huella en él, y algunos lo conmovieron "dramáticamente" como el lanzamiento de bombas atómicas sobre las ciudades japonesas de Hiroshima y Nagasaki en agosto de 1945.
"No podía vislumbrar entonces que para defender causas nobles habría de librar una lucha guerrillera en las montañas –comentó Blanco–, y luego en la arena internacional como un gladiador de la paz, la solidaridad y la justicia en defensa de los pueblos, los humildes, la humanidad toda".
La autora del libro de conversaciones con el líder de la Revolución, Fidel Castro Ruz Guerrillero del Tiempo, subrayó la preocupación de Fidel Castro desde finales de la década de 1940 por la defensa de la justicia social en República Dominicana, Nicaragua, Guatemala, Venezuela y Colombia, así como las luchas por la independencia de Puerto Rico, la devolución del canal de Panamá y la soberanía argentina sobre las islas Malvinas.
Añadió que soñó y obró por un mundo mejor posible "en su inspiración latinoamericanista y caribeña, tercermundista y universal".
La estudiosa narró que en 1960, Fidel Castro leyó en la prensa la noticia de que en el aeropuerto de Nueva York, adonde viajaría en breve al frente de la delegación de la isla para participar en las sesiones de la Asamblea General de la ONU, los empleados no iban a cargar las maletas de los cubanos en protesta "por la presencia del comunista Fidel Castro".
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Agregó que entonces orientó ir "como en la Sierra Maestra" con las mochilas, y de esa forma inauguró una diplomacia comprometida con su pueblo y las causas progresistas del mundo.
"Su voz de estadista brillante resuena aún allí, optimista, reflexiva, firme, guerrillera, cautivante e invicta, su voz como candil: habló en nombre de los niños que no tienen un pedazo de pan", concluyó la estudiosa con esa referencia a un discurso de Fidel Castro en la ONU.
Junto a las fotografías de su hijo Álex Castro, quien estuvo presente en la inauguración, la exposición incluye imágenes de la Fototeca de Prensa Latina, de Estudios Revolución, la Casa Editora Verde Olivo, la revista Bohemia, la Oficina de Asuntos Históricos del Consejo de Estado y la cancillería.
La muestra permanecerá abierta al público desde el 4 de diciembre hasta el 31 de enero de 2018, se informó.
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Como expresión de la voluntad del jefe del ataque al cuartel Moncada (1953) y de la guerra de liberación contra la dictadura de Fulgencio Batista (1956-1959) la Asamblea Nacional del Poder Popular (Parlamento unicameral cubano) aprobó tras su muerte una ley que prohíbe emplear su nombre para denominar instituciones, plazas, parques, avenidas, calles y otros lugares públicos, así como también cualquier tipo de condecoración, reconocimiento o título honorífico.
No obstante, dentro de los límites que establece esa normativa, las organizaciones estudiantiles y las instituciones estatales, docentes, sociales, culturales, políticas y militares organizaron distintas formas de honrar a Fidel Castro a propósito del primer aniversario de su fallecimiento.
