Hasta el momento, China, India, Arabia Saudí y Turquía han firmado contratos o están en negociaciones para contar con S-400. Para el experto, el anhelo de esas naciones de poseer esta tecnología "tiene una lectura a nivel de la industria de defensa, como sobre todo una lectura diplomática y geopolítica".
El experto indicó que debido al "desarrollo tecnológico, las capacidades y la eficiencia", los sistemas antiaéreos rusos son competidores de los estadounidenses. El poderío militar de las naciones interesadas es, a criterio del entrevistado, un ejemplo de estas ventajas que posicionan a Moscú en un sitio de liderazgo.
Ventajas comparativas del S-400
"El S-400 principalmente está orientado a la protección contra aeronaves de combate. Puede tener un rango de 400 kilómetros y cuenta con tres tipos de alcances: largo, medio y corto. Está enfocado sobre todo a la defensa antiaérea en su fase terminal, es decir, cuando ya llegan los objetivos", indicó Cortina.
El experto puntualizó que es difícil establecer comparaciones entre diferentes sistemas antiaéreos. Por ejemplo, el THAAD, el sistema que el Ejército de EEUU ha desplegado en Corea del Sur, puede interceptar en largo alcance y tiene una capacidad de radar de 1.000 kilómetros de distancia, pero "está pensado solo para misiles".
Además de las especificaciones técnicas, es necesario tener en cuenta que "con la compra de un sistema de defensa balístico va todo un paquete de formación y capacitación".
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"Eso es clave. Muchas veces ha ocurrido que una nación ha comprado un sistema importante y no ha servido para nada porque se les ha estropeado, no lo han sabido hacer funcionar o no han hecho un buen uso", precisó el experto.
De manera que el factor humano y estratégico juega un papel tan importante como la potencia del equipamiento, pues la complementación con otros sistemas y comunicaciones son esenciales para garantizar su efectividad.
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Los S-400 en Turquía
"Yo creo que las compra de Turquía responde a un deseo de mantener relaciones estables con Rusia. No siempre tenemos que ver el esfuerzo exportador ruso de su tecnología de defensa —que lo hay— sino una expresión de un intercambio diplomático que va mucho más allá", dijo Cortina.
En estos equilibrios de diplomacia internacional, Turquía también ve una oportunidad para expandir hacia Rusia su industria agroalimentaria, explicó el experto, por lo que se puede entender un acercamiento bilateral a través de la compra de equipamiento militar.
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"También tenemos que pensar que las fronteras de Turquía son tremendamente complejas. Estamos hablando de Siria, de Irán, el Mediterráneo. Yo creo que hay que ponerse en el lugar de Turquía para comprender esta decisión, que no creo que haya sido arbitraria. Ya se ha firmado y ya es una realidad", señaló.
Arabia Saudí
Según dijo Cortina, entre los analistas "llama la atención" que Arabia Saudí haya comprado S-400, pues "curiosamente también tiene el sistema THAAD". Pero esto se podría explicar por el interés manifestado por Irán, que hasta el momento no se ha concretado en un contrato.
"Irán y Arabia Saudí comparten frontera naval. Si los dos tienen el mismo sistema es una forma de equilibrar capacidades", afirmó.
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Según el experto, los países de Latinoamérica no tienen necesidad "a priori" de un sistema balístico, pues no hay escenarios de conflicto que exijan una defensa de esa naturaleza ante los "costos enormes" que conllevan.
Las naciones obligadas a proveerse de un sistema así son "muy poderosas desde el punto de vista geopolítico", pero no todas las que influyen tienen que proveerse de estos sistemas. Para comprender el emplazamiento de los sistemas balísticos, es necesario analizar "las zonas calientes" de cada región.