"En Libia actuamos como pacificadores y ejercemos una función mediadora; todas las declaraciones de que apoyamos a un bando y tenemos algunos objetivos agresivos en la política militar las califico de provocadoras", dijo Dengov en el marco del foro Diálogos del Mediterráneo en Roma.
Libia vive una profunda crisis desde 2011, año en que el derrocamiento y asesinato del que fuera su líder durante décadas, Muamar Gadafi, creara un vacío institucional que abonó el terreno para la escalada de violencia, la proliferación de grupos yihadistas y una dualidad de poderes.
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Las autoridades de la parte oriental del país actúan de forma independiente y cooperan con el Ejército Nacional de Libia al mando de Jalifa Haftar, que libra una larga guerra contra los islamistas.