El presidente "no tiene la pretensión" de ser candidato, sino de "cumplir bien su mandato", señaló Padilha en rueda de prensa, consigna el diario Folha de Sao Paulo.
Temer pertenece al Partido del Movimiento Democrático Brasileño (PMDB), formación de centro derecha que, a pesar de ser el mayor partido del país en número de parlamentarios, siempre se solía presentar a las elecciones en una coalición apoyando al Partido de la Social Democracia Brasileña (derecha) o al Partido de los Trabajadores (izquierda).
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La alianza con el Partido de los Trabajadores (PT) de cara a las elecciones de 2018, está descartada tras el impeachment (juicio político) contra la expresidenta Dilma Rousseff (2011-2016), pero el acuerdo con el Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB), que a priori sería más natural, también se presenta como una opción lejana, como asumió el propio Padilha.
El PSDB está dividido internamente sobre si debe seguir apoyando a Temer y a sus medidas económicas de corte neoliberal o si es mejor tomar distancia para que la baja popularidad del presidente no sea un lastre de cara a la cita electoral del año próximo.
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Temer es el presidente más impopular de la historia reciente de Brasil, según la encuesta elaborada por el organismo público Instituto Brasileño de Geografía y Estadística a petición de la Confederación Nacional de la Industria.
El 3% de los encuestados consideró al Gobierno de Temer como "óptimo o bueno", 77% como "malo o pésimo", 16% como "regular" y el 3% restante no quiso o no supo responder.
Temer asumió como presidente después de que Rousseff fue apartada de su cargo en mayo de 2016 por el Congreso Nacional, que alegó que había cometido un delito de maquillaje en las cuentas públicas, pero el PT siempre defendió que se trató de un "golpe parlamentario" orquestado principalmente por el PMDB.