El 28 de noviembre la portavoz del Departamento de Estado de EEUU, Heather Nauert, declaró en un comunicado que la nueva norma rusa "supone otra amenaza a la prensa libre en Rusia" y urgió al Gobierno ruso a no aplicar esa ley.
Según la nota, "Washington todavía cree que es posible perpetrar ataques contra los medios rusos y presentar acusaciones infundadas y absurdas en su contra, y a la vez esperar que Rusia esté dispuesta a facilitar el trabajo de los medios estadounidenses".
"Nunca han comprendido que una lógica similar respecto a Rusia no tiene futuro", subraya el texto.
"Todavía se puede poner fin a este juego de suma cero iniciado por Washington, y para conseguirlo primero hay que eliminar la causa inicial y dejar de perseguir a los medios rusos en EEUU", concluye el comunicado.
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La nueva norma fue aprobada después de que el Gobierno norteamericano obligara al canal de televisión RT America a inscribirse como agente extranjero alegando la ley FARA, que data y fue introducida en el contexto de la Segunda Guerra Mundial.
La directora de RT y Sputnik, Margarita Simonián, calificó las exigencias de Washington de atropello a la libertad de expresión.