Ese dilema, que ha sido uno de los temas comunes en la obra de Emmanuel Carrère, fue objeto del evento realizado en el marco de la FIL, que celebra a Madrid como ciudad invitada de honor, informaron los organizadores.
Esta reflexión hacia el escritor, dijo al final de su intervención, es "un intento por comprenderse a sí y por descubrirse legítimo", señaló Carrère, autor de "Una novela rusa" (2007), "De vidas ajenas" (2009), y "Limónov", (2011).
Dijo además que "la violencia existe en todo lugar, porque es ejercida por el ser humano".
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Indicó que, acaso por eso, "la vida y literatura ofrecen toda clase de matices sobre el ser humano como especie: lo absurdamente malo y lo necesariamente bondadoso".
Miles dijo que el ganador "tiene un peculiar compromiso con lo real", en el marco de reflexiones personales en torno a la literatura y la relación del ser humano con ella.
Celorio afirmó que todo escritor agrega partes de su vida y su persona en su obra, de forma consciente o no.
Sin embargo, "la realidad por la que apuesta Carrère, va más allá de estas diferencias burdas; pues la obra más autónoma siempre tiene que ver con la realidad", dijo el mismo comentarista.
"Es la capacidad del ser humano para considerarse cuerdo mientras juzga a todos los demás como absurdos y locos", apuntó.
Boullosa, puso por su parte como ejemplo que "no se puede normalizar la violencia", en la ficción o en la realidad.
Hacer ese esfuerzo "es parte de la labor de un escritor, reportero o bloguero, aunque en eso se le vaya la vida, exponer esta situación, pues de otra forma la memoria quedaría vacía".
Nettel señaló la posibilidad de "no esconderse detrás de un muro de cinismo y apostar por la honestidad, lo bondadoso, y aceptarlo sin problemas".
El escritor galardonado ha sido además de jurado internacional del Festival de Cannes 2012 y del Festival Internacional de Cine de Venecia de 2015.