"Siria seguirá proporcionando a la Secretaría Técnica y al Comité 1540 del Consejo de Seguridad de la ONU (encargado de prevenir la proliferación de las armas nucleares, químicas y biológicas) toda la información sobre las acciones de los grupos terroristas encaminadas a obtener armas químicas y sustancias químicas tóxicas, así como sobre sus intentos de utilizarlas contra civiles y el Ejército sirio", dijo.
Explicó que ese aporte por parte de los mencionados regímenes "contribuye a la formación, entrenamiento y financiación de los terroristas, así como a que les presten recursos militares y apoyo logístico".
Mekdad destacó que esas acciones violan las normas de la convención sobre la prohibición de las armas químicas.
La denuncia indicaba como responsables a las tropas gubernamentales de Siria, que rechazaron decididamente esta acusación y la cargaron a los grupos radicales y sus patrocinadores.
Las autoridades sirias declararon que jamás usaron armas químicas contra civiles ni terroristas y que todo el arsenal de agentes tóxicos fue retirado del país bajo control de la OPAQ.
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El informe responsabilizó a Damasco del primer caso, y al grupo terrorista Daesh (proscrito en Rusia), del segundo.
Rusia rechazó las conclusiones del informe del Mecanismo ONU-OPAQ argumentando las deficiencias de su metodología.