En julio de este año se lanzó el buque insignia del proyecto 22800 Karakurt, la corbeta Uragan, según Andréi Kots, columnista de Sputnik.
Se prevé que 18 buques de esta clase formarán parte de la Armada rusa para el año 2020.
Los Karakurt tienen un desplazamiento de 800 toneladas y una autonomía de navegación de hasta 15 días.
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— Sputnik Mundo (@SputnikMundo) 19 июня 2017 г.
Potencia de fuego
De esta manera, ningún barco enemigo puede sentirse seguro en un radio de 500 km de la corbeta. El alcance para un objetivo terrestre es de 2.500 km.
Y para un combate cercano, los Karakurts están equipados con unas instalaciones de artillería de 76,2 milímetros de calibre.
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'Pega y corre'
Una pequeña 'flota mosquito' de estas naves, que aprovechan sus dimensiones pequeñas y las tecnologías para reducir la visibilidad, puede acercarse al objetivo, atacarlo con misiles y esconderse rápidamente de la persecución. Esta táctica se llama 'Pega y corre' ('Hit and run', en inglés).
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A diferencia del terrestre, el Pantsir naval dispone de una artillería más potente: unos cañones dobles GSh-6-30 con una cadencia de tiro total de más de 10.000 proyectiles por minuto. Además, el sistema tiene la capacidad de disparar contra objetivos aéreos con misiles tierra-aire 57E6E a una distancia de hasta 20 kilómetros. Son capaces de destruir, entre otras cosas, las armas antibuque.
Enjambre de mosquitos
Por ejemplo, un crucero estadounidense tipo Ticonderoga (9,800 toneladas de desplazamiento) con una carga estándar, transporta 26 misiles de crucero Tomahawk capaces de destruir objetivos terrestres y marítimos a distancias de hasta 2500 kilómetros. Por su parte, tres Karakurt pueden disparar 24 Kalibr de alta precisión (cada uno con una ojiva que pesa hasta 400 kilogramos) a distancias comparables.
Sin embargo, un barco estadounidense cuesta 1.000 millones de dólares. Por este dinero, se puede construir aproximadamente 30 corbetas del proyecto 22800.
Este 'enjambre' de buques pequeños sería capaz de 'destrozar' incluso un grupo naval de portaviones, concluye Kots.