"Los militares decidieron no utilizar los caros Kalibr en las maniobras, ya que el sistema digital imita el lanzamiento y el vuelo del misil de manera más cercana a la realidad. Además, este trío de corbetas había disparado misiles reales de manera exitosa en varias ocasiones contra las posiciones de Daesh [grupo terrorista proscrito en Rusia y otros países] en Siria", señala Andréi Kotz, columnista de Sputnik.
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El periodista recuerda que el estreno de las corbetas en Siria causó preocupación dentro de la OTAN. Los oficiales de la Alianza admitieron entonces que una flota de pequeñas naves rusas podría representar una amenaza incluso para los buques de los países occidentales mucho más grandes, añade Kots.
Los buques de guerra que participan en maniobras de la Flotilla rusa del #Caspio https://t.co/VGK0hHshIF pic.twitter.com/lwu1Ga9jyq
— Sputnik Mundo (@SputnikMundo) 15 августа 2016 г.
La matemática de los misiles
A modo de ejemplo, Kots compara los cruceros estadounidenses tipo Ticonderoga con las tres corbetas rusas Buyan-M.
"El Ticonderoga (9.800 toneladas) con una carga básica de 26 misiles Tomahawk es capaz de abatir objetivos en tierra y agua a una distancia de hasta 2.500 kilómetros, dependiendo de la modificación. A su vez, Uglich, Grad Sviyazhsk y Veliki Ustiug pueden realizar un lanzamiento conjunto de 24 Kalibr a una distancia comparable", explica el periodista.
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Al mismo tiempo, el crucero es un objetivo mucho más visible que tres pequeñas corbetas, y por lo tanto, es más vulnerable a los misiles antibuque y la aviación, observa Kots.
Mientras tanto, el precio de estas naves no se puede comparar: las tres corbetas del Caspio cuestan menos de 300 millones de dólares frente a los 1.000 millones de un crucero tipo Ticonderoga.
Además, las corbetas, diseñadas para el mar Caspio y para las zonas fluviales, no se sienten seguras en el océano, debido a que su autonomía de navegación es de 10 días, lo que es poco para viajes a largas distancias.
Sin embargo, los 'sucesores' de los Buyan-M evitarán estas desventajas: las corbetas del proyecto 22.800 Karakurt contarán con lanzadoras de misiles polivalentes, cañones automáticos y sistemas de defensa antimisiles y de guerra electrónica.