El 23 de noviembre Rusia envió a Argentina un grupo de rescate de la Armada rusa que cuenta con el batiscafo no tripulado (ROV) Panther Plus y el buque oceanográfico Yantar, para ayudar a encontrar el submarino San Juan.
Pero "la eficacia de las operaciones aumentará si en la búsqueda participa la aviación de rescate, en particular los aviones anfibios Be-200", dijo Faléev.
Recordó que los hidroaviones Be-200 "no solo son capaces de monitorear la situación, sino también en caso de necesidad pueden descender para analizar si los fragmentos detectados tienen algo que ver con el submarino o no".
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El experto señaló que los equipos submarinos pueden "operar eficazmente solo en una zona limitada".
"No pueden rastrear el océano entero, por ello, a mi juicio, es necesaria la aviación que podría explorar escrupulosamente la trayectoria de este submarino", y serían útil para explorar la supuesta ubicación de San Juan desde el aire, indicó.
El submarino San Juan, con 44 personas a bordo, dejó de responder a la base de operaciones durante la mañana del 15 de noviembre, cuando estaba a unos 430 kilómetros de la costa en el golfo de San Jorge, en el Atlántico Sur.
Según informó el portavoz de la Armada de Argentina, Enrique Balbi, se recibió una información de que el submarino desapareció de los radares por "un evento anómalo singular, corto, violento y no nuclear consistente con una explosión"
Balbi aseguró que la búsqueda de San Juan continuará hasta que se tengan datos certeros y corroborados de su posible ubicación o destino.