"Después de un análisis cuidadoso y exhaustivo de los hechos disponibles, está claro que la situación en el norte del estado de Rakáin constituye una limpieza étnica contra los rohinyá", dijo Tillerson.
El conflicto entre los rohinyá, una minoría musulmana, y la mayoría budista bamar se remonta al siglo XX.
Las autoridades del país y la población budista consideran que los rohinyá son inmigrantes ilegales provenientes de Bangladesh.
La situación se agravó en agosto, cuando el Gobierno birmanés desplegó unidades policiales y militares para responder a los ataques de los insurgentes rohinyá a los puestos de seguridad.
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Según la Organización Internacional para las Migraciones, la violencia resultante llevó a cruzar a más de 610.000 rohinyás hacia Bangladesh.