Así lo afirmó el representante permanente de Rusia ante Naciones Unidas y otras organizaciones internacionales en Ginebra, Alexéi Borodavkin, en una entrevista a Izvestia.
No obstante, según Borodavkin, "entre los diplomáticos extranjeros hay personas más inteligentes que se ven obligadas a efectuar instrucciones rusofóbicas pero lo hacen sin celo, mientras que en los pasillos extienden sus manos y se disculpan".
Lea más: EEUU expulsa del campo informativo los medios con opinión distinta
Hay otros para quienes la rusofobia es una actitud profesional de principio. Estos no se detienen ante falsificaciones ni mentiras conscientes.
También agregó que para los que propagan esta 'infección' fue una sorpresa que en Asia, África y América Latina haya una fuerte inmunidad antirrusofóbica.
"Pero por más que se esfuercen los rusófobos, el peso estratégico de nuestro país en el mundo es tan grande que no podrán eludir hablar e interactuar con nosotros", concluye.