La columnista Antonia Ward en su nota para The National Interest analiza esta posibilidad.
Los ejemplos de Irak y Siria han demostrado que las condiciones aún menos graves ya son perfectas para el desarrollo de los movimientos yihadistas, en este caso, Daesh —autodenominado Estado Islámico, proscrito en Rusia y otros países—. Por consiguiente, ciertas partes de África pueden servir como terreno abonado para el crecimiento del terrorismo.
En el mes de octubre fue liberada la antigua capital del 'califato' de Daesh en Siria, la ciudad de Al Raqa, evento que marcó un hito en la lucha contra el Estado Islámico.
"El Estado Islámico ha sido uno de los grupos terroristas más formidables y mejor organizados en la historia. Sería ingenuo asumir que Daesh simplemente dejará de realizar sus operaciones a causa de las recientes pérdidas. Un escenario más probable supone que el grupo y sus partidarios traten de trasladarse a una nueva base", manifestó Ward.
Daesh al día de hoy sigue estando fragmentado en África, sin embargo los yihadistas siguen avanzando. El grupo terrorista Boko Haram —que se originó en Nigeria— juró lealtad a Daesh y alteró su nombre por 'provincia del Estado Islámico en África Occidental' ya en el año 2015.
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Los terroristas hasta lograron establecer el Estado Islámico en el Gran Sahara, y desde hace mucho tiempo vienen desarrollando sus activos en el norte del continente, en particular, en Túnez, Libia y Egipto.
Reto inalámbrico
"Una de las razones por la que ciertas partes de África pueden convertirse en nuevas bases de Estado Islámico es el alza significativa de la popularidad de internet en el continente. En 2014, cerca de 100 millones de personas usaban Facebook en África al mes, ahora se supone que esta cifra ya superó los 120 millones", puso de relieve Ward.
Ward cree que Daesh y otros grupos terroristas pueden aprovecharse de los desafíos a los que se enfrenta África actualmente. Los ataques que recientemente han tenido lugar en varias partes del continente pueden ser un indicio muy malo, sostuvo.
"[…] Esto puede ser un precursor de nuevas atrocidades de los terroristas en África, especialmente teniendo en cuenta que Daesh busca recuperar y establecer un nuevo 'califato'", concluyó la analista.
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