El canciller ruso indicó que Ucrania no está interesada en garantizar la seguridad de los observadores de la OSCE que "cumplen las misiones de control y monitoreo del cumplimiento de los acuerdos de Minsk".
"Es una postura que no tiene futuro", dijo.
Lavrov agregó que el proyecto de resolución sobre la misión de los cascos azules en Ucrania, elaborado por Rusia, subraya la necesidad de que todos los bandos del conflicto en el este de Ucrania, incluidas las autoproclamadas repúblicas de Donetsk y Lugansk, estén de acuerdo "con la composición nacional de las tropas que participarán en la operación de paz".
"Estamos dispuestos a hacer que este proyecto de resolución se discuta rápido y con el pleno entendimiento de que su texto definitivo debe ser aceptable para las repúblicas autoproclamadas, y creo que en este sentido habrá que mantener negociaciones directas con ellas", apuntó.
Por su parte, el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, declaró que las afirmaciones de los medios de que se planea desplegar 20.000 cascos azules en Donbás no se corresponden con la realidad.
Anteriormente, el diario The Wall Street Journal al citar fuentes diplomáticas en Washington y la UE informó de que EEUU tiene la intención de proponer un plan para emplazar en el este de Ucrania a 20.000 pacificadores internacionales.
Kiev reitera su rechazo a que Rusia participe en una misión de la ONU en Donbás https://t.co/APX9KyIv1A
— Sputnik Mundo (@SputnikMundo) 15 ноября 2017 г.
"No, estos mensajes no se corresponden con la realidad", dijo Peskov a los periodistas.
No obstante, Peskov evitó comentar las negociaciones que mantuvo el asesor del presidente ruso Vladislav Surkov con el enviado especial de EEUU para Ucrania, Kurt Volker, el pasado 13 de noviembre en Belgrado.
La declaración conjunta de Surkov y Volker asevera que Rusia y EEUU seguirán esforzándose para poner fin al conflicto en Donbás.
Kiev insiste en que la misión debe tener un mandato más amplio y emplazarse en todo el territorio de Donbás hasta la frontera con Rusia, además se niega a dialogar directamente con las autoridades de las autoproclamadas repúblicas populares de Donetsk y Lugansk.
Las hostilidades en la zona han dejado desde abril de 2014 más de 10.200 muertos, según estimaciones de la ONU.
Los acuerdos de Minsk, suscritos en septiembre de 2014 y en febrero de 2015, sentaron las bases para una solución política del conflicto interno ucraniano pero no han derivado hasta ahora en el cese de la violencia.