“No llegamos a un acuerdo aunque creo que ahora comprendemos mejor nuestras respectivas posturas”, declaró Sturgeon ante las cámaras al salir del número 10 de Downing Street.
El proyecto de ley de la Retirada de la UE, que inició horas antes la fase de escrutinio minucioso en la cámara de los Comunes, y las negociaciones del Brexit con Bruselas fueron los temas dominantes en la conversación de ambas líderes.
“He dejado en claro que el proyecto de ley, tal y como está actualmente, no es aceptable y no recomendaremos su aprobación”, señaló Sturgeon.
Los Gobiernos de Escocia y Gales piden modificaciones al colosal texto legislativo, que transformará en leyes británicas todas las normativas y regulaciones de la UE con el objetivo de evitar un vacío legal cuando se produzca el Brexit.
Entre las enmiendas presentadas conjuntamente exigen cambios en la repatriación de poderes transferidos a las autonomías y ahora controlados por Bruselas.
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Sin un acuerdo satisfactorio, los Ejecutivos de Edimburgo y Gales recomendarán a sus respectivos Parlamentos votar en contra de dicho proyecto de ley.
Sturgeon reconoció que el proyecto de ley de la Retirada de la UE es necesario pero advirtió que la solución está en un “acuerdo sin imposición” de Londres.
Tommy Sheppard, miembro del Ejecutivo nacionalista, levantó el velo de la separación del Reino Unido si el “Gobierno del reino Unido ignora las declaraciones de Escocia, las desestima y prosigue pese a ello”.
“En esas circunstancias, el mandato de 2016 será ejecutado porque daremos a la gente de Escocia el derecho a decidir”, afirmó la víspera en Londres.
Sturgeon validó las palabras de su colega en el SNP aunque, según dijo en Downing Street, no tomará una decisión sobre la fecha del referéndum separatista hasta que se aclare la cuestión del Brexit.