"Tal y como están las cosas no recomendaremos que el Parlamento de Escocia dé su consentimiento al proyecto de ley de la Retirada de la UE", declaró Michael Russell, consejero del Brexit en el Gobierno de Nicola Sturgeon, tras la reunión en Edimburgo.
Russell denunció después del encuentro que el texto actual es "poco práctico e inviable" y no garantiza la cesión a Escocia o Gales de los poderes previstos por sus respectivos gobiernos.
"Es una evidente toma de poder que trasladaría desde Holyrood a Westminster competencias en amplias áreas de políticas transferidas, como agricultura y pesca", dijo en referencia los Parlamentos de Escocia y del Reino Unido.
Sturgeon contaría con el apoyo del partido Verde para asegurar el voto negativo en la Cámara de Edimburgo a este macro proyecto legislativo, que transferirá todas las leyes, normativas y directivas comunitarias al canon británico.
"Los ministros del Reino Unido no deberían tener ninguna duda de que invalidar un voto del Parlamento de Escocia e imponer el proyecto de ley de la Retirada de la UE sería un paso extraordinario y sin precedentes", desafió el responsable escocés de las negociaciones Brexit.
La convención en la relación entre el Gobierno central y las administraciones autonómicas establece que Westminster no legislará normalmente sobre cuestiones que competen a Escocia sin el consentimiento de su Parlamento.
El titular escocés del Brexit estuvo acompañado en la reunión por el vice ministro principal de la autonomía, John Swinney.
Damian Green, mano derecha efectiva de May en el Ejecutivo conservador, asistió al encuentro en Edimburgo con el ministro británico para Escocia, David Mundell.