"El Ejército, las fuerzas de seguridad y las fuerzas de movilización deben ayudar rápidamente en el transporte de los heridos y en la retirada de escombros, tanto los organismos estatales como los militares y sociales deben involucrarse en la ayuda a los afectados", declaró Jameneí.
Un terremoto de magnitud 7,3 se detectó el 12 de noviembre por la noche en la frontera entre Irak e Irán, a 204 kilómetros al noroeste de Bagdad y a 104 kilómetros al oeste de la provincia de Kermanshah.
Las ciudades de la provincia iraní más afectadas por el seísmo son Sarpol-e-Zahab, Qasr-e-Shirin y Salas-e-Babajani.
Se estima que al menos 328 personas fallecieron y unas 2.500 resultaron heridas.
El líder supremo iraní expresó sus condolencias a los familiares y allegados de las víctimas, y las autoridades de Kermanshah, la provincia más afectada, decretaron tres días de luto.