La pequeña cabaña de madera al pie de las montañas alberga un tesoro íntimo: el de la identidad mapuche. Una nación modesta en lo material y rica en lo espiritual que pelea por reencontrarse con su propia esencia en un mundo cada vez más esquivo y hostil.
Mientras Verónica, como dice ella, 'acomoda' el mate, habla de los retos superados, entre los que destaca la construcción de una identidad nacional mapuche, ser reconocidos a nivel público y la recuperación de 70.000 hectáreas de tierra. Sin embargo, su mayor logro está en la decisión de "volver a ser", de renacer como nación, y de contar para ello con el apoyo del pueblo argentino.
"Queremos sacudirnos del machismo tan grosero que trajo el colonialismo"
Verónica, quien aparte de sus actividades en el seno de la Confederación Mapuche del Neuquén trabaja en el proceso de coordinación estratégica de las mujeres indígenas a nivel continental, sostiene que en los 90, cuando floreció el proceso del despertar indígena, había una muy débil participación de la mujer: el Parlamento mapuche en Neuquén lo conformaban alrededor de 120 personas y solo una o dos eran mujeres.
Así, en el año 92 empezaron las conversaciones sobre el tema y en el 95 fundaron lo que hoy se conoce como el Enlace Continental de Mujeres Indígenas.
Las causas, declara Verónica, tienen su raíz en el proceso de colonización ideológica: "Todas las culturas originarias, todas las culturas indígenas del mundo, fueron atravesadas por uno de los vicios más graves: el machismo".
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"Nos dimos cuenta de que a las mujeres nos habían dado un rol para estar dentro de la casa, hacer la comida, cuidar a los hijos y atender al marido y nada de contradecirlo porque el marido era la autoridad, el jefe. Necesitábamos sacudirnos eso de encima y volver a fortalecer el rol de la mujer mapuche, una mujer dinámica en su sociedad", sostiene Verónica, quien es también la responsable política del Enlace Continental de Mujeres Indígenas de Sudamérica y una de las primeras mujeres mapuches en llegar a ser 'werken' (portavoz).
¿La nación mapuche dentro del Estado argentino o el Estado argentino en tierras mapuches?
Con el Estado argentino se llevó a cabo la Conquista del desierto —campaña que buscaba la incorporación del territorio mapuche a expensas de la vida de sus pobladores—, que tuvo consecuencias catastróficas para este pueblo originario. Y con el Estado argentino los mapuches llegaron "por primera vez a sentir hambre, pobreza estructural".
El marido de Verónica, José Quintriqueo, hace un recuento histórico desde las primeras injusticias que sufrió el pueblo mapuche por parte del Estado argentino hasta el día de hoy, "con los amigos adinerados de [Mauricio] Macri, la usurpación de sus territorios por parte de las petroleras y la contaminación que aporta la extracción".
¿Cuánto territorio reclama la comunidad?
"Cuando vienen los Estados a imponerse sobre nuestros territorios nos parten por el medio, ellos deciden que allá es Chile y acá es Argentina [Puelmapu]. Y que todos los de allá son chilenos y que todos los de acá somos argentinos. En el 90 dijimos: 'No, no es así'. Somos una nación, y el Estado tiene la obligación de respetar esta nación. Por lo tanto, hicimos un reencuentro con nuestros hermanos del lado de MuluMapu [nombre en mapudungún de Chile] y empezamos a retomar la definición de nación", añade.
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El Estado argentino, "una organización social racista y monocultural"
"Al poner en evidencia estas contradicciones hicimos un llamado de atención a un sistema, un modelo de organización social racista, monocultural, como es el Estado argentino. Y que eso no solo nos afectaba a nosotros, también llamamos la atención de los argentinos para que revisaran como ciudadanos si estaban conformes con esa lógica de sociedad que el Estado les instalaba, o si verdaderamente querían atreverse a soñar una nueva forma de vivir y una nueva forma de relacionarse con culturas distintas como nosotros, que somos los pueblos originarios", explicó a Sputnik la dirigente mapuche.
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Con estas denuncias pretenden evidenciar que la falta de políticas públicas en Argentina basadas en el derecho indígena es producto de este racismo institucionalizado y, según el pueblo mapuche, la solución para este problema es la construcción de un Estado plurinacional, que permita que cada nación decida su propio destino y los mapuches puedan "volver a ser".
El 'küme felen' o el buen vivir
Como Verónica expone, ese volver a ser no significa vivir de la manera que lo hacían sus antepasados 200 años atrás. Para ellos el buen vivir, el 'küme felen' o equilibrio integral se asienta justamente en poder desarrollarse desde el punto de vista cultural, económico y político, basándose en una relación armónica y de respeto con su entorno. Que se reconozca y respete su estilo de vida y salvar su territorio para que las generaciones futuras puedan seguir viviendo de la manera que han decidido.
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Esto explica el conflicto que enfrenta a los mapuches y a las empresas extractoras. Para esta comunidad, vivir en armonía con el medioambiente y preservar el planeta para las futuras generaciones es más importante que el enriquecimiento. Un reto colosal, especialmente si se toma en cuenta que en la provincia de Neuquén, donde viven la mayoría de los mapuches argentinos, se encuentra el prometedor yacimiento de hidrocarburos de esquistos Vaca Muerta.
Sin embargo, Verónica y José reconocen que el problema no es con las compañías, sino con el Estado que permite que estas empresas trabajen en este territorio, y de ahí la necesidad de negociar.
Proyectos endógenos y proyectos impuestos
El proceso de negociación con el Estado ha conducido a interesantes proyectos, como es el del Comanejo, una especie de poder dual para manejar los territorios donde habitan las comunidades originarias. Sin embrago, existen contradicciones como la alternativa que Parques Nacionales les ofrece para el desarrollo de la región: el turismo con identidad, una estrategia del Banco Interamericano de Desarrollo por la cual, de acuerdo con la dirigente mapuche, se introduce dinero dentro de los territorios indígenas para después hacer entrar a las compañías extractoras a los territorios comunitarios.
"No queremos ese turismo que nos mandan hoy, que es el turismo invasivo, que es el turismo dañino, que es el turismo que viene con la excusa de la foto al mejor paisaje y al día siguiente llega la especulación inmobiliaria para ofrecer el dinero y reventar este espacio. Eso no lo queremos. Entonces, ¿nos va a costar? ¡Claro que nos va a costar! Desde el punto de vista económico, ¡claro que nos cuesta!, ¡claro que tenemos nuestra gente empobrecida!, estamos tremendamente empobrecidos materialmente, pero estamos inmersos en un territorio tremendamente rico".
Por eso, los proyectos elaborados directamente por la comunidad están basados en un turismo responsable. Quieren crear un predio ferial, construir distintos puestos de venta de productos propios de la comunidad, un comedor tipo restaurante con comidas tradicionales, crear una escuela de la comunidad y construir un centro comunitario para que vengan médicos también estatales, pero en coordinación con el conocimiento propio.
"Hay que llegar, primero hay que llegar…"
Verónica comenta entre risas con su marido una anécdota que ilustra a la perfección estas pequeñas batallas diarias:
"Hoy llegamos a una reunión de la Confederación Mapuche y Parques Nacionales para llevar adelante este proceso. Y de Parques llegan cada uno de sus funcionarios con sus estupendos 4X4 y nos llenan la comunidad de camionetas, y nosotros llegamos como podemos, con nuestra chata [vehículo] que tiene mal la dirección, sin luces, etc. Claro, después ponemos carácter y autoridad en la política, pero… hay que llegar, primero hay que llegar".
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