"Es una práctica ilegal pero las autoridades (israelíes) no adoptaron ninguna medida para frenarla hasta hace solo dos meses", dice Ansaf Abu Shareb, una abogada beduina que dirige el centro Maek en la ciudad de Bersheba, donde habita una considerable cantidad de beduinos.
"La sharia (ley islámica) autoriza la poligamia y es muy raro que las mujeres que la sufren la denuncien. No contamos con estadísticas fiables pero sabemos que es un fenómeno corriente", dice Ansaf.
Dentro de la Lista Árabe Unida que integra los 13 escaños árabes de la Kneset, dos de esos parlamentarios son beduinos y polígamos, ambos tienen dos esposas, y son los diputados que más han hecho para frenar la legislación contra la poligamia.
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Los dos forman parte de las élites religiosa y política dominantes que no sienten la necesidad de criticar la práctica.
"Nuestra ONG pide ayuda a los ministerio de Educación y de Justicia, y también a la Kneset, aunque somos conscientes de que existen otros problemas cuya resolución consideramos más urgente, como son las confiscaciones de tierra de los beduinos. Las autoridades israelíes dicen que quieren ayudarnos a acabar con la poligamia pero al mismo tiempo nos echan de nuestras tierras", comenta Ansaf a Sputnik.
Generalmente, los primeros casamientos de los hombres polígamos se registran ante la ley israelí, pero los siguientes matrimonios ya no se inscriben sino que se regulan únicamente mediante la sharia, de manera que todo el mundo sabe que se celebran pero nadie protesta.
Fatma es una mujer beduina que se casó con un hombre polígamo. Este hombre previamente había estado casado con cuatro mujeres pero se divorció de todas ellas al casarse con Fatma, con quien tuvo cinco hijos. Luego el hombre volvió a casarse con otras dos mujeres de las que posteriormente se divorció. El marido de Fatma tiene otras dos hijas de otra mujer.
El jeque Yusef Zayadin, presidente del consejo de pueblos beduinos no reconocidos por el gobierno israelí y situados en su mayor parte cerca de la ciudad de Bersheba, defiende la práctica de la poligamia, aunque él mismo es monógamo.
"Mi abuelo tuvo tres esposas; mi padre tuvo dos y yo tengo una. La sociedad beduina está cambiando con rapidez", dice el jeque que explica: "En el islam está permitido que un hombre se case con más de una mujer, pero antes eso era más común que ahora".
"Una cosa debe quedar clara, y es que Ayelet Shaked (la ministra de Justicia israelí) no pretende ayudarnos a los beduinos, porque si esa fuera su verdadera intención no habría demolido cientos de casas de los beduinos", explica el jeque, que agrega que "la preocupación real de Ayelet Shaked es que considera que los árabes constituimos una amenaza demográfica para Israel y combatir la poligamia forma parte de esa guerra", concluye.