"Las unidades de lucha contra la delincuencia étnica desmantelaron 150 grupos de ese tipo y detuvieron a 800 cabecillas y miembros activos de estos grupos", dijo Kolokóltsev en declaraciones al diario Izvestia.
El ministro contestó así a la pregunta de si tenía sentido haber creado unidades especiales de lucha contra delitos étnicos.
"Los grupos criminales étnicos son más cerrados y más móviles, y destacan por una disciplina más rígida, por lo cual resulta más difícil penetrar en esos grupos y conocer sus planes", explicó Kolokóltsev.
También informó sobre la detención en primavera de un kirguís que reclutaba combatientes para Daesh (organización terrorista prohibida en Rusia y muchos otros países) y que preparaba un atentado con camión cerca de una estación del metro de Moscú.