Estas incluyen túneles excavados bajo la Zona Desmilitarizada —en la frontera con Corea del Sur—, que permiten el paso a miles de soldados cada hora. Los altos cargos del país también disponen de sus propios refugios bajo tierra. Todos estos sistemas están diseñados para dar ventaja a las tropas juche en caso de un conflicto armado.
Uno de los ejemplos más antiguos de la construcción subterránea en Corea del Norte es el sistema de túneles que pasan bajo la zona desmilitarizada y salen al territorio surcoreano. El número total de conductos subterráneos norcoreanos ya descubiertos por Seúl se cifra en cuatro.
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El columnista señala que es difícil determinar el número exacto de túneles. Un general surcoreano, Han Sung-chu, afirma que existen al menos 84, varios de los cuales alcanzan el área central de Seúl, la capital de Corea del Sur.
Una base militar subterránea localizada en la ciudad norcoreana de Wonsan posee una pista de casi 1,8 kilómetros de larga, la cual está ubicada dentro de una montaña, según varios informes. Se supone que, en caso de conflicto armado, los cazas norcoreanos podrían despegar desde pistas convencionales y aterrizar en este aeródromo oculto.
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Se supone que alrededor de 800 búnkeres de este tipo fueron construidos a partir del año 2004.
Según varias fuentes, es posible que existan hasta 8.000 refugios en todo el territorio de Corea del Norte.
Asimismo, hay informes de que el país juche cuenta con cuevas que esconden artillería muy cerca de la Zona Desmilitarizada. En su mayoría son los cañones de 170mm Koksan o un sistema lanzamisiles de 240mm. Estas armas son aptas para disparar y luego esconderse dentro de la montaña para realizar la recarga. Diferentes fuentes afirman que pueden existir hasta 500 cuevas norcoreanas de esta índole.
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También es posible que Corea del Norte disponga de radares ubicados en pozos y que pueden ser elevados como el periscopio de un submarino. Además, Pyongyang cuenta posiblemente con bases navales para sus submarinos y lanchas de patrullaje escondidas en la roca.
El columnista pone de relieve que el imperio subterráneo de Corea del Norte sería el último baluarte de las autoridades del país juche en caso de un conflicto armado y agrega que todavía es difícil imaginar la escala de los sistemas castrenses situados bajo la tierra norcoreana.