"Vamos a insistir con nuestros líderes, vamos a insistir con nuestros diputados; necesitamos sin lugar a dudas una reforma del sistema de pensiones, no podemos entrar en 2019 sin esa reforma", señaló Padilha en un video difundido a través de las redes sociales.
Las acusaciones de corrupción provocaron que el Gobierno perdiera apoyos entre su base de aliados, algo especialmente delicado, dado que la reforma exige modificar la Constitución y, por tanto, una amplia mayoría.
Además, la reforma del sistema de pensiones, que pretende establecer por primera vez una edad mínima de jubilación, es muy impopular entre la opinión pública y muchos diputados temen el desgaste que les pueda suponer votar a favor.
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Sin embargo, el Gobierno no ceja en su empeño de aprobarla, pues alega que el gasto de las pensiones pronto llegará a 60.000 millones de reales por año (más de 18.300 millones de dólares), lo que hará que el sistema sea inviable en muy poco tiempo.
Maia, quien pertenece al partido Demócratas (aliado del Gobierno), sugirió tramitar la reforma como un proyecto de ley y no como una enmienda constitucional, de forma que se necesiten menos votos.
La reforma del sistema de pensiones es la principal medida económica pendiente del Ejecutivo de Temer, que ya consiguió aprobar una polémica reforma laboral y una enmienda constitucional que congela el gasto público en los próximos 20 años.