"No existe esa historia de decir que estoy en silencio o que vendí mi silencio para no delatar; yo atribuyo eso (…) a justificar una denuncia que golpease el mandato de Michel Temer, esa es la verdad", señaló Cunha en declaraciones a un tribunal de la Justicia Federal en Brasilia, según recoge el diario O' Globo.
El pasado mes de mayo ejecutivos del grupo cárnico JBS sacaron a la luz una grabación en la que presuntamente Temer daba luz verde a la entrega de sobornos a Cunha para impedir que este llegara a un acuerdo con la justicia para rebajar su condena a cambio de delatar.
Esa grabación y las confesiones de los directivos de JBS sirvieron de base para que la Procuraduría General de la República denunciara a Temer por un delito de corrupción pasiva, aunque la denuncia no siguió adelante porque fue archivada en la Cámara de Diputados.
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Cunha aseguró que la versión difundida por los fiscales es un "montaje" en el que cayó uno de los dueños de JBS, Joesley Batista, quien realizó la grabación.
Es el mismo argumento que usa el presidente Temer desde que estalló el escándalo: un montaje orquestado con ayuda de la Procuraduría General de la República para debilitarlo y apartarlo del poder.
Cunha indicó que no hay "ninguna" relación entre Funaro y el PMDB y que este "nunca" tuvo acceso a Temer, a pesar de que Funaro dijo que coincidieron hasta en tres ocasiones.
También desmintió que recibiera dinero para maniobrar a favor del "impeachment" (juicio político) de la expresidenta Dilma Rousseff (2011-2016).
Cunha presidía la Cámara de Diputados durante el proceso de destitución de la mandataria y desde el principio fue apuntado por la oposición como el principal arquitecto del movimiento que posibilitó que Temer llegase al poder.