"La compra de votos en la cámara para garantizarse impunidad es un patrón adoptado por Temer", escribió la exmandataria en su cuenta de Twitter, recordando que esta estrategia ya fue usada por el expresidente de la Cámara Eduardo Cunha en el impeachment que la apartó del poder el año pasado.
La líder del izquierdista Partido de los Trabajadores (PT) fue apartada de la presidencia en mayo de 2016 bajo la acusación de que había maquillado las cuentas públicas.
"Todos lo saben: compraron votos para aprobar el impeachment, la Justicia tiene que manifestarse, es sabido que fue un golpe parlamentario-mediático", añadió la expresidenta.
Rousseff recordó además que tanto Temer como Aécio Neves (senador del conservador Partido de la Social Democracia Brasileña) están "a salvo", a pesar de las numerosas acusaciones de corrupción.
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Temer, en concreto, consiguió que la Cámara de los Diputados archivara dos denuncias presentadas por la Fiscalía; una por un presunto delito de corrupción pasiva y otra por pertenencia a organización delictiva y obstrucción a la Justicia.
"Compraron su impunidad, yo fui apartada por no tener mayoría parlamentaria y no haber comprado votos", lamentó, y añadió que quiere que se haga Justicia, no tanto por su mandato, sino por la democracia y las instituciones brasileñas.
En sus declaraciones a la Procuradoría General de la República Funaro confesó haber entregado a Cunha un millón de reales (315.000 dólares) para que comprara votos entre los diputados para apartar a Rousseff.
Por ello el abogado de la expresidenta, José Eduardo Cardozo, incluyó esa confesión en la petición aun no juzgada por el Tribunal Supremo Federal que pide que se anule la destitución de "una presidenta legítimamente elegida".