“Proponemos un contrato para la separación de los residuos del níquel del cobalto, aspiramos a fabricar una planta de alta tecnología, que facilitaría que Cuba no venda en bruto los minerales, sino como el metal específico que se necesita”, dijo a esta agencia el ingeniero cubano Carlos Pérez, gerente de proyectos de la empresa rusa.
En medio de las reuniones de negocios que realiza en el área que ocupa el stand de Rusia en el Pabellón 24 de Expocuba, mayor centro ferial del país, Pérez insistió en que el emprendimiento puede resultar mutuamente ventajoso.
“Nuestro proyecto incluye que nosotros mismos adquiramos ese metal –agregó el ingeniero-, pues el consorcio Ruselprom cuenta con una planta de fabricación de baterías, y el cobalto es una materia prima muy importante en este tipo de producciones.”
Según Pérez, se trata de un negocio “importante” que aportaría al país una planta de alta tecnología, la separación de un metal del otro con la garantía de que la contraparte rusa adquiera el cobalto, lo cual significa otra ventaja para la isla.
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Acreditada en Cuba desde hace varios años y poseedora de varias fábricas de motores eléctricos, la firma aspira a introducir sus equipos en las zonas productoras de níquel y en su combinado mecánico.
Al referirse a la utilidad de Fihav, Pérez comentó que en 2016 rubricaron un protocolo de colaboración con el grupo Azcuba para la modernización de la industria azucarera cubana, proyecto que está en marcha e incluye la producción y el suministro de motores eléctricos, generadores y piezas de turbinas para centrales de la mayor de las Antillas.
Comentó el ingeniero que para su empresa el mercado cubano es muy importante porque en los tiempos de la Unión Soviética la isla importó gran cantidad de equipamiento desde allá.
“Después de 1991 hubo una ruptura temporal, pero en estos momentos estamos revalorizando todos esos equipos rusos con piezas de repuesto, y los que requieran ser sustituidos estamos en la disposición y la capacidad de hacerlo”, explicó.
Recordó Pérez que Rusia, sin embargo, está dispuesta a colaborar con Cuba y en estos momentos existen líneas de crédito para que las empresas de la mayor de las Antillas adquieran en ese mercado equipos y medios que le resultan necesarios.
El intercambio comercial entre Moscú y La Habana en los primeros ocho meses de este año aumentó un 52,3% frente a igual período de 2016, según las estadísticas del Servicio Federal de Aduanas de Rusia (FTS, por sus siglas en ruso).
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Durante esos dos cuatrimestres el intercambio bilateral de mercaderías alcanzó un valor de 222,1 millones de dólares, mientras el año anterior fue de 145,8 millones de la moneda estadounidense.
La fuente estimó que las exportaciones cubanas a Rusia en igual período de este año acumularon un valor de apenas 10,4 millones de dólares, lo cual representa una disminución del 66,6 %, pues entre enero y agosto de 2016 la isla del Caribe vendió a la nación eurasiática mercancías valoradas en 31 millones de la divisa norteamericana.
Precisó el FTS que la cuota de Cuba en el comercio exterior de Rusia se mantiene sin cambios en el 0,1%.
El Mincex confirmó que Rusia se convirtió en el tercer socio comercial de Cuba, antecedida por Venezuela y China, y seguida en cuarta posición por España, mayor expositor en Fihav 2017 con cinco pabellones.
La feria será clausurada este viernes con la tradicional ceremonia de entrega de los premios.