El general hizo esta declaración tras reunirse hace unos días con el ministro de Asuntos Exteriores de Tailandia, Don Pramudwinai, en la capital de Birmania, Naipyidó.
También reveló que las partes intercambiaron opiniones sobre la necesidad de dar a conocer a la comunidad internacional la verdad sobre los acontecimientos que se desarrollan en Rakáin, porque la información tergiversada hizo que muchos países critiquen bruscamente el proceder de las autoridades birmanas.
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Más de 600.00 rohinyás abandonaron en dos meses Birmania, trasladándose a dos campamentos de refugiados situados en el Bangladés limítrofe, donde ya había alojados más de 200.000.
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Los rohinyás se establecieron en Arakán (antiguo nombre de Rakáin) a finales del siglo XIX y a principios del XX, durante la época colonial cuando los británicos alentaron su traslado desde Bengala Occidental a un territorio con escasa mano de obra agrícola.
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Birmania, una nación mayoritariamente budista, deniega ciudadanía y derechos civiles a esta comunidad musulmana de unos 1,1 millones de personas, alegando que son inmigrantes bengalíes.
Ahora los líderes birmanos dicen que recibirán a todos los "bengalíes étnicos" que logren probar haber vivido en Birmania antes de trasladarse a Bangladés en calidad de refugiados.
