En el caso de los mensajes publicitarios en las redes sociales, Zaino lo tiene claro. Los tribunales en EEUU se están quedando atrás en lo que respecta a las nuevas tecnologías. Así, señala, "seguimos lidiando con problemas relacionados con la Primera Enmienda [de nuestra Constitución]". El mundo elogia internet y las nuevas tecnologías porque "permiten democratizar más" al dar la oportunidad a todos de tener voz y "el Gobierno no puede decir nada al respecto". La 'campaña' de demonización hacia Rusia pretende cambiarlo.
"Lo que estamos viendo ahora es un intento por cambiar eso. Nuestro poder judicial obedece al Congreso. Se adoptarán leyes. Y estas compañías [tecnológicas] pretenden demostrar que están comprometidas con la autorregulación, pero creo que el Congreso adoptará más leyes. A los defensores de la Primera Enmienda les preocupa que la libertad de expresión se coarte", alerta Zaino.
Preguntada por cómo ven los estadounidenses de a pie el tema de la presunta injerencia de Rusia en las elecciones de Estados Unidos y los anuncios publicitarios rusos en las redes sociales, Zaino puntualiza que de esos temas solo quieren hablar los medios de comunicación.
"En general en Estados Unidos el tema no le quita el sueño a nadie. Creo que la gente prefiere preocuparse por los puestos de trabajo, por la economía, por los impuestos, por la migración, por la seguridad (…) Si hubiese ganado Hillary Clinton, no se hablaría tanto del tema", señala.
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La profesora recuerda que las grandes empresas tecnológicas, como Google, Twitter o Facebook, "ganan dinero con esos anuncios". "No debemos olvidar que existen gracias a ellos".
La opinión de Tom Switzer, investigador principal del Centro de Estudios Independientes de Australia, va en la misma línea. A su parecer, desde Washington "se está conspirando contra Donald Trump" a pesar de que hasta ahora no hay evidencias de ningún complot desde Moscú durante las elecciones norteamericanas. "Hillary perdió limpiamente", concluye.