Y es que Macron ha decidido levantar Europa mientras los británicos hacen las maletas; mientras los catalanes quieren irse de España y los lombardos y venecianos, de Italia; mientras el primer ministro de Hungría, Víctor Orban, declara que Europa Central es una "zona libre de inmigrantes" y tras las recientes elecciones en la República Checa en las que se alzó con la victoria del millonario y euroescéptico Andréi Bábish, escribe Die Zeit.
Aplausos de cortesía alemanes
El entusiasmo de Francia ha sido recibido en Berlín "con aplausos de cortesía", expresa Matthias Nass, autor del artículo para Zeit. En Berlín no sienten el mismo entusiasmo con el que Macron pretende revivir la idea de Europa, subraya. Y es que Ángela Merkel parece estar cansada y desanimada tras salir de unas elecciones que se han visto desde sectores de su partido como una derrota.
"En la cara de Merkel se ve que está cansada y molesta", dice el artículo.
Zeit señala que, en estos momentos, "los nacionalistas, separatistas, regionalistas, populistas y proteccionistas" se están esforzando por dividir la unidad del continente europeo en trozos pequeños. "Eso da miedo", asegura. El euroescepticismo del partido Alternativa para Alemania (AfD) ha conseguido hacerse con 94 asientos en el Bundestag —Parlamento nacional alemán, con 709 representantes actualmente—. Los votantes de AfD, del Partido de la Libertad de Austria, del Frente Nacional Francés y de la Liga Norte italiana quieren que Europa "vuelva a la idea del Estado nación", concluye Nass. Una idea contraria al entusiasmado Macron.