Una zona clave
Los expertos aseguran que en la guerra que vive el país, el control sobre el 'triángulo del diablo' tiene una importancia estratégica. Se trata de un territorio que limita con tres ciudades: Resafa, Al Tanf y Abu Kamal. Cada una de estas localidades es en sí misma un cruce de caminos.
En caso de que Irán y sus aliados llegaran a controlar estas tres ciudades, Teherán alcanzaría su meta estratégica, es decir, crear un corredor terrestre entre Irán, Irak, Siria y el Líbano hasta el mar Mediterráneo, informó el periódico israelí Arutz Shevа.
El portavoz de la Operación Resolución Inherente, el coronel Ryan Dillon, comunicó que las Fuerzas Democráticas Sirias apoyadas por los kurdos se están preparando para lanzar una ofensiva contra la ciudad de Abu Kamal. El ataque se desarrollará de inmediato, tan pronto como los kurdos —apoyados por Washington- logren afianzarse en la región del yacimiento petrolífero más grande de Siria, Al Omar, subrayó Dillon.
"Y luego nos prepararemos para un ataque contra Abu Kamal, donde, como vemos, se encuentra ahora la mayor parte de los líderes de Daesh".
"Abu Kamal es la última gran ciudad controlada por Daesh después de que liberaran Deir Ezzor y Al Mayadin. Hasta donde yo sé, el ataque contra esta ciudad debe poner punto y final a la guerra contra Daesh, que se centrará en zonas desérticas", opinó el analista Viacheslav Matúzov.
Washington, Damasco, los kurdos y el petróleo
"El objetivo principal de la coalición estadounidense es tomar el control de la economía siria y, en primer lugar, de sus reservas de petróleo y gas", afirmó a Sputnik el gobernador de la provincia de Deir Ezzor, Mohamad Ibragim Samra, en septiembre de 2017.
Sin embargo, teniendo en cuenta que Siria disponía de unas reservas de petróleo relativamente bajas y que abastecían solo al mercado interno, los especialistas coinciden en que controlar el oro negro en la región es una cuestión más política que económica.
"Los estadounidenses hicieron todo lo posible, incluso organizaron una conspiración con Daesh, para evitar que el Gobierno sirio controlara sus principales pozos petrolíferos", precisó Matúzov.
"Será una herramienta política para presionar a Asad. Pero también es un instrumento para comerciar con él", señaló el politólogo Serguéi Balmásov. A pesar de que Washington esté apostando en estos momentos por los kurdos, el experto admite que, en el futuro, los estadounidenses podrían dejar de prestarles apoyo.
"Es difícil predecirlo. La política estadounidense ha sido variable en los últimos años. Es posible que les apoyen o que solo mercadeen con sus intereses", concluyó.
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