"El proceso que estamos viviendo es producto de un reagrupamiento, un proceso de remoralización del chavismo y de resquebrajamiento interno de la oposición que ya venía andando desde hace mucho tiempo", dijo a esta agencia el politólogo Walter Ortiz, de la Universidad Central de Venezuela.
Desde su creación, la MUD "siempre ha tenido una división interna importante, y realmente su unidad es frágil", por lo que en este tiempo ha funcionado más como una alianza electoral, explicó a Sputnik el presidente de la consultora Datanálisis, Luis Vicente León.
Enfrentados a las elecciones de gobernadores, destacó León, las dudas de los dirigentes entre participar o no hacerlo dividieron a la militancia, lo que solo favoreció al gobernante Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV).
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Incluso cuando la MUD logró, a través de primarias, definir entre más de 200 aspirantes a sus 23 candidatos para las gobernaciones, no consiguió mantener la unidad de sus bases, indicó el analista.
"La base se mantuvo fracturada entre votar y no votar, y la abstención estaba concentrada en la oposición, y con eso se construyó el ambiente para una gran derrota, que no ocurre solo por la abstención, pero esa abstención sí que ayudó al Gobierno", añadió León.
El oficialismo obtuvo 18 de 23 gobernaciones, mientras la oposición triunfó solo en cinco.
La presión de la ANC
La ANC fue la que se encargó de adelantar las elecciones regionales que estaban previstas para diciembre (con un año de atraso), y por tanto exigió a los electos juramentarse ante ella como condición para asumir el cargo.
Los 545 miembros de la ANC, definida por el Gobierno como un "suprapoder", fueron elegidos en medio de numerosas protestas que dejaron más de 100 muertos y miles de heridos, y con la negativa de la oposición a participar, por lo que todos ellos son oficialistas.
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El objetivo principal de la ANC era redactar una nueva Carta Magna, pero hasta ahora ha dado otros pasos, orientados a "garantizar la paz de Venezuela a través del voto y la justicia", según su presidenta Delcy Rodríguez.
La juramentación de los cuatro gobernadores opositores esta semana fue para León "la guinda del pastel".
División
Henrique Capriles, exgobernador de Miranda (norte) y candidato presidencial en 2012 y en 2013, señaló que no volvería a la MUD mientras permanezca en ella Henry Ramos Allup, vocero de Acción Democrática, el partido que se alternó por décadas en el poder político junto con Copei antes de que emergiera el liderazgo de Hugo Chávez (1999-2013).
Para el especialista en ciencias políticas Walter Ortiz, esta pelea evidencia una medición de poder.
"En estos momentos estamos viendo una discusión por espacios de poder y simplemente por ver quién puede ser el ganador en medio de esta derrota política opositora", expuso.
La disputa entre Ramos Allup y Capriles se da con miras a unas elecciones presidenciales que deberían celebrarse a finales de 2018, y para las cuales la oposición no está preparada, a juicio de Luis Vicente León.
"Unas elecciones presidenciales en este momento serían muy peligrosas incluso para la oposición, empezando porque es difícil imaginarse que tendrá la capacidad de lograr que la gente vote después de lo que ha ocurrido en estos dos últimos procesos electorales", explicó.
Una nueva unidad
Para León, la MUD tiene que ir más allá de un "simple maquillaje", rescatando la confianza y generando esperanzas de un país mejor, pero "si eso no ocurre, la posibilidad de la oposición es nula", opinó.
Para Ortiz la oposición debe adoptar un programa de Gobierno claro, cuyo contenido no se base apenas en sacar del poder al presidente Nicolás Maduro para complacer a Estados Unidos.
Esa es la vía para la oposición, si quiere "en algún momento" dirigir el país, dijo.
Una "nueva unidad" es también la propuesta del vicepresidente de la Asamblea Nacional (parlamento unicameral, de mayoría opositora), Freddy Guevara, para quien la participación en un nuevo proceso electoral debe estar condicionada a la garantía de elecciones democráticas, transparentes y justas.
En este contexto, el Parlamento Europeo decidió otorgar el Premio Sájarov a la Libertad de Conciencia a la oposición democrática, representada por la Asamblea Nacional que preside el político Julio Borges y por los principales dirigentes políticos presos, entre ellos Leopoldo López, Antonio Ledezma, Daniel Ceballos, Yon Goicoechea, Lorent Saleh, Alfredo Ramos y Andrea González.