Los expertos militares rusos aseguran que los satélites de inspección serán un elemento fundamental del programa espacial de Rusia y pasarán a ser una herramienta de coerción en la carrera armamentística espacial.
En primer lugar, el satélite se desacopló de la plataforma espacial Kosmos-2519, lanzada el 23 de junio de 2017, y comenzó a volar de forma autónoma. Luego, cambió de órbita para después regresar a la plataforma y realizar una inspección.
Según el Centro Principal de Inteligencia Espacial de Rusia, los proyectos para crear naves espaciales capaces de cambiar su órbita y acercarse a otros satélites mediante un sistema de control remoto manejado desde la Tierra también se están llevando a cabo en Estados Unidos y China.
En julio de 2013, diversos medios informaron de que China realizó experimentos con tres pequeños satélites. Los expertos sugirieron que las pruebas formaron parte de un programa secreto para el desarrollo de un sistema antisatélite. Uno de los tres aparatos incluso estaba equipado con una 'extremidad robótica' para manipular otras naves.
Los satélites de inspección son un componente importante de las fuerzas orbitales de cualquier potencia espacial, destacó el experto militar Valeri Mujin.
"En caso de conflicto global, es extremadamente importante destruir la agrupación de satélites del enemigo para privarlo de las comunicaciones, la navegación y la posibilidad de reconocimiento, es por eso que surgió la idea de crear este tipo de cazas [espaciales]", manifestó el experto.
Según Valeri Mujin, la tarea principal de los 'inspectores' orbitales es establecer el propósito de las naves colocadas en órbita por un potencial enemigo.
"Por la apariencia del equipo, su diseño y su ubicación se puede llegar a una conclusión sobre cuál es su propósito real", explicó el experto.
Sin embargo, Mujin subrayó que los satélites de combate serían necesarios para Rusia solo en caso de conflicto, y que en tiempos de paz ya hay suficiente trabajo para estas naves de inspección.
"Este dispositivo debe ser capaz de maniobrar fácilmente entre órbitas, esto es lo que el Ejército está probando actualmente", precisó el experto.
"Tener un sistema así significaría disponer de un importante elemento de disuasión para los potenciales enemigos. Así serán conscientes que la Federación de Rusia puede verificar si la funcionalidad de sus dispositivos se corresponde con lo anunciado", resumió.
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