En la toma de Al Raqa los kurdos jugaron un papel decisivo. Sin su empuje la lucha habría durado todavía más tiempo. Ahora han reforzado su posición como principales aliados de Washington en la zona. Los kurdos sacaron a sus milicias —las Unidades de Protección Popular (YPG)— de sus tradicionales feudos septentrionales para llevar a cabo ofensivas y asaltos en áreas mayoritariamente pobladas por árabes.
Al anunciar en público la victoria, el portavoz de la coalición kurdo-árabe, el general Talal Al Silo, hizo toda una declaración de intenciones: "Entregaremos el control de Al Raqa y de sus zonas rurales al Consejo Civil y con él la protección de la ciudad y sus alrededores. Las FDS seguirán protegiendo las fronteras de la provincia de cualquier amenaza externa. Confirmamos que el futuro de Al Raqa será decidido por su gente en el seno de una Siria democrática, federal y descentralizada donde el Gobierno del pueblo decidirá sobre sus propios asuntos". En otras palabras, los kurdos han llegado para quedarse. Y esa Siria "federal y descentralizada" de la que habla Silo es básicamente la visión kurda, pero no la árabe.
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La liberación de Al Raqa hizo posible una imagen que levantó ampollas. En la icónica plaza del centro de la ciudad, en la que los combatientes yihadistas llevaban a cabo sus ejecuciones públicas, se colocó una enorme bandera donde sobre un fondo amarillo se veía el retrato de Abdullah Ocalan, encarcelado en Turquía y fundador del PKK, considerada una organización terrorista tanto por Ankara como por Washington.
Por otro lado, los turcos no van a permanecer impasibles ante la constatación de que los kurdos están ampliando su zona de influencia al otro lado de la frontera. De hecho, Turquía tiene tropas desplazadas en el interior de Siria, concretamente en la gobernación de Idlib, no muy lejos de los enclaves kurdos del norte.
Por supuesto, también habrá que esperar la respuesta de las autoridades de Damasco quienes no consideran liberada Al Raqa e insisten en que su propósito pasa por recuperar el control de todo el país.
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Tras este nuevo escenario, surgen algunas preguntas, algunas de ellas muy inquietantes:
- ¿Quién pagará la reconstrucción de Al Raqa?
Pero Arabia Saudí ya se ha mostrado dispuesta a financiar los trabajos de reparación. Su cooperación no será gratis. Hay que recordar que el principal rival de los saudíes en la zona es Irán, uno de los mayores valedores musulmanes del presidente sirio Bashar Asad.
- ¿Dónde se encuentran ahora los terroristas de Daesh?
- ¿Ha sido derrotado Daesh?
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LA OPINIÓN DEL AUTOR NO COINCIDE NECESARIAMENTE CON LA DE SPUTNIK