"El proceso de Astaná sentó las bases para el cese de la violencia en Siria y la solución de su destino tras el conflicto", afirmó el mandatario durante la entrega de cartas credenciales de los embajadores de varios países.
Siria vive desde marzo de 2011 un conflicto armado en el que las tropas gubernamentales se enfrentan a grupos armados de la oposición y a organizaciones terroristas.
Las hostilidades, según datos de altos cargos de la ONU, han dejado hasta la fecha unos 400.000 muertos.
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Los diálogos de Astaná se han convertido en un espacio paralelo a Ginebra para dar solución al conflicto sirio, celebrando hasta el momento seis rondas.
Tras la última ronda se anunció la creación de cuatro zonas de distensión en Siria.