"Anuncio oficialmente la liberación de Marawi", declaró el presidente, citado por el canal de televisión CNN Philippines.
Duterte hizo esta declaración al día siguiente de que el ministro de Defensa filipino, Delfin Lorenzana, confirmara la muerte de Omar Maute e Isnilon Hapilon, cabecillas de los grupos yihadistas Maute y Abu Sayyaf que habían atacado Marawi a finales de mayo pasado.
"Para las fuerzas terrestres el combate continúa", dijo.
La capital de la provincia filipina de Lanao del Sur fue atacada el 23 de mayo por los yihadistas que buscan establecer en esta zona de Filipinas una provincia del llamado Estado Islámico, o Daesh (organización terrorista proscrita en numerosos países, entre ellos Rusia).
Prácticamente todos los habitantes de Marawi, con una población estimada en más de 200.000 personas, fueron realojados a otras áreas o huyeron de los enfrentamientos a raíz de la ofensiva yihadista.
El presidente Rodrigo Duterte decretó ley marcial en la isla de Mindanao tras el ataque. La medida, convalidada en julio por la Corte Suprema de Filipinas, suspendió en particular el procedimiento del hábeas corpus, lo que permitió a la policía realizar arrestos de sospechosos de terrorismo sin orden judicial.
Los combates entre las fuerzas gubernamentales y los yihadistas en Marawi se saldaron con la muerte de casi 800 terroristas, 47 civiles y 162 soldados desde finales de mayo.
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Según las estimaciones, se requieren de dos a tres años y una inversión de más de 50.000 millones de pesos filipinos, o unos 973 millones de dólares, para rehabilitar la ciudad desolada por los enfrentamientos.