Los autores del hallazgo, del grupo de arqueólogos aficionados Pamiat Perekopa, estaban explorando una de las dachas ubicadas cerca de la ciudad de Armiansk. Estas casas de campo están siendo abandonadas debido a la sequía que sufre la zona por causa del descenso del caudal del río Dnepr, cuya gestión hidrográfica depende de Kiev.
Este verano se encontraron en la zona restos de más de 800 personas, casi todos de hombres jóvenes de entre 20 y 22 años. La mayoría fueron enterrados con sus uniformes militares y, a juzgar por sus botones, eran soldados del Ejército imperial de Rusia, declaró al diario Komsomolskaya Pravda el responsable del grupo Pamiat Perekopa, Dmitri Kosiakin.
"Los entierros son del período de las guerras ruso-turcas, de la segunda mitad del siglo XVIII. Los objetos encontrados en las tumbas lo prueban: se trata de botones de metal, cruces, iconos, balas de plomo y monedas. Hasta la fecha, este es el único lugar de enterramiento de soldados y oficiales del 2 Ejército del príncipe Vasili Dolgorúkov durante el período de la conquista de Crimea, en la Guerra ruso-turca de 1768-1774", afirman en el Museo Central de Tavrida, en Crimea.
Los historiadores creen que, muy probablemente, se trata de un cementerio militar de la guarnición donde se realizaron sepulturas durante varios años. Los representantes de Pamiat Perekopa destacan además que algunas tumbas fueron construidas sin un orden definido, y que no hay indicios de que se respetaran los ritos ortodoxos. Además, muchos esqueletos muestran heridas y hay huesos que conservan balas turcas. Por otra parte, en una de las tumbas, fueron descubiertas cuatro cabezas cortadas y siete esqueletos.
"Probablemente, algunos militares fueron enterrados por los habitantes de Armiansk (entonces llamado Ermeni-Bazar) que intentaban inhumar los cuerpos de los muertos lo antes posible", sugiere Kosiakin.
Los empleados del Museo Central de Tavrida están pensando en cómo conservar dignamente la memoria de los soldados caídos.
"En esencia, este es el primer lugar de entierro de soldados del Ejército ruso en Crimea. Este hallazgo es absolutamente único y puede decirnos mucho sobre los acontecimientos de hace 250 años", destacan.
La conquista de Crimea
Crimea entró a formar parte de Rusia durante el reinado de la emperatriz Catalina II, que tuvo como uno de sus principales objetivos garantizar la seguridad de la población del sur de Rusia, que durante mucho tiempo sufrió ataques turcos.
El 14 de junio de 1770, su 2 Ejército derrotó al Ejército del kan crimeo Selim III Girey, compuesto por 70.000 efectivos. El 29 de julio, volvió a derrotar a otro ejército del kan, esta vez de 95.000 soldados. El príncipe ruso obligó a rendirse a las ciudades de Arabat, Kerch, Yeni-Kale, Balaklava y Taman y procedió a ocupar toda la península.
El 1 de noviembre de 1772, el territorio se independizó del Imperio otomano y su nuevo gobernante, el kan Sahib II Girey, pasó a estar protegido por Moscú.
En 1774, Catalina II entregó Crimea a su amante Grigori Potemkin, quien se convirtió en general-gobernador de Novorossia, un vasto territorio compuesto por las estepas situadas a orillas del mar Negro y que estaba prácticamente despoblado.
Como centro militar, Potemkin escogió el lugar favorito de los kanes, su capital, tanto política como religiosa: la ciudad de Bajchisarái.
Según sus contemporáneos, Potemkin soñaba desde la niñez con convertir Crimea en parte de Rusia y reinstaurar el antiguo Quersoneso, dónde en 988 fue bautizado el primer príncipe cristiano de Rusia, Vladímir.
Sin embargo, no fue Potemkin quien se ocupó de esta importante tarea de pacificar a la población crimea, harta de guerras, sino el descendiente de una destacada familia escocesa, Antón de Balmain. Con el encargo de Catalina II, en la década de 1770, lideró las así llamadas 'campañas de pacificación' de la península.
Bajo su mando se encontraba una de las figuras más prominentes de la Guerra ruso-turca de 1768-1774, el español José de Ribas, descendiente de una familia de origen barcelonés que se trasladó a Rusia desde el Reino de Nápoles y que gracias a su extraordinario talento militar y personal consiguió hacer una impresionante carrera en la Rusia imperial. Hay incluso quien sospecha que era amante de la mismísima Catalina II, a pesar de que oficialmente solo era mentor de su hijo ilegitimo, el conde de Bobrinsky.
Ascendido a coronel y posteriormente a brigadier, ayudó a construir la nueva Flota del Mar Negro y su puerto base, Sebastopol.
Fue él quien, como uno de los tres plenipotenciarios designados por Potemkin ante el Imperio otomano, firmó el Tratado de Jassy que puso fin a la Guerra ruso-turca de 1787-1792. Según este acuerdo, Rusia pasaba a poseer toda la orilla norte del mar Negro.
Después de Sebastopol, Catalina encomendó a Ribas la construcción de lo que pasaría a ser Odesa, algo que consiguió en un tiempo récord de tan solo dos años. Para atraer a nuevos pobladores, Ribas estipuló como gobernador que los que se establecieran en Odesa no pagarían impuestos y se les darían tierras para construir sus casas. Aquella bonita ciudad, con el tiempo, se convirtió en uno de los puertos más importantes del mar Negro.
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