Según Kovacevic, quien encabezaba el centro de protección radiológica en un hospital clínico de Serbia a finales de los años 90, poco después del inicio de la agresión, la gerencia de la OTAN entendió que el Ejército yugoslavo no iba a capitular, de modo que decidió utilizar 'municiones especiales'.
El entrevistado puso de relieve que la situación con mutaciones genéticas es incluso peor. De acuerdo con los estudios realizados en varias zonas afectadas, allí las anomalías genéticas se elevan al 27%, mientras que el nivel promedio para otras regiones no sobrepasa el 1-2%, indicó Kovacevic a Sputnik.
Danilo Tvrdisic, miembro del grupo activista Istina, señala que la OTAN tuvo la intención de cometer un genocidio, y la prueba es el uso de uranio empobrecido, así como el hecho de que los aviones de la Alianza Atlántica bombardearan las instalaciones de la industria química yugoslava, que en total ha tenido un efecto devastador para la ecología de Serbia.
Estas investigaciones forman parte del proceso que la Academia Real de científicos y pintores de Serbia —una asociación de científicos serbios— está preparando contra la OTAN. Está asociación sigue recopilando documentos para demandar a los países de la Alianza Atlántica por daños materiales y morales causados por los bombardeos de Yugoslavia de 1990.
El grupo internacional de abogados prevé preparar cerca de 20 casos penales, que cuentan con pruebas materiales fiables. Estas se basan en documentos médicos que apuntan a la relación causal entre el uso de municiones con uranio empobrecido y al alza de enfermedades oncológicas en Serbia.