"Fue precisamente una agresión contra Yugoslavia, el primer ataque armado en Europa contra un Estado soberano desde 1945", señaló Lavrov en una entrevista a la cadena Rossiya 1.
El canciller ruso hizo un paralelo con los acontecimiento en Siria.
"En cuanto a Siria los estadounidenses y británicos se rebajan en su comportamiento histérico y llegan a las injurias públicas utilizando epítetos como 'barbarie' o 'crimen de guerra', pero recordemos que la agresión contra Yugoslavia supuso ataques contra una enorme cantidad de instalaciones civiles, entre ellas, el canal de televisión serbio, puentes y otros", subrayó.
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Si Rusia, dijo, no hubiera reaccionado a esta "violación del derecho internacional" que se estaba cometiendo en Yugoslavia, habría manchado su historia.
"Nuestro país mostró firmeza y ocupó una posición correcta en ese momento", remarcó.
En marzo de 2004 los albaneses kosovares desencadenaron una ola de violencia contra los serbios y destruyeron numerosas iglesias y monasterios.
Las autoridades de Kosovo declararon unilateralmente la independencia de la provincia el 17 de febrero de 2008, la decisión fue respaldada por EEUU y algunos países de la Unión Europea.
Sin embargo, España, Rusia, China, Israel y otros países se negaron a reconocer a Kosovo como Estado independiente.