"La situación de Cataluña sería bastante complicada si se separa de España y queda fuera de la Unión Europea y Carles Puigdemont es consciente de ello, y casi me atrevería a afirmar que ya hoy por hoy no están muy interesados en la independencia, sino en utilizarla como un elemento de presión para obligar al Gobierno (español) a sentarse y renegociar las condiciones de la autonomía", señaló De Michele.
"Si Cataluña logra materializar su independencia, probablemente otras regiones autónomas traten de emular esa conducta, porque es un movimiento que comienza allí, pero va a ir recorriendo una por una las regiones", continuó la directora de la Escuela de Estudios Internacionales de la Universidad Central de Venezuela.
Además, la experta destacó la necesidad de que las partes dialoguen, tal como solicitó el martes Puigdemont tras pedir que se suspendieran los efectos de la declaración de independencia.
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"Proponemos que el parlamento suspenda los efectos de la declaración de independencia con tal de que en las próximas semanas comencemos un diálogo, sin el cual no se puede llegar a una solución acordada", dijo Puigdemont.
La especialista venezolana opinó que Puigdemont y Rajoy deben hallar un punto de encuentro para negociar, pues otro camino solo traería más tensión, añadió, e incluso se mantendría la amenaza de desintegración de España en el mediano plazo, lo cual sería terrible también para la Unión Europea.
De Michele cree que el paso que dio Cataluña con el referéndum del pasado 1 de octubre tuvo repercusiones incluso para América Latina y puso como ejemplo la consulta informal que se realizó el pasado sábado en los estados brasileños de Paraná, Río Grande do Soul y Santa Catarina (sur) para preguntar a la población si quieren independizarse.
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Pese a que esa consulta brasileña no fuera vinculante, concluyó, sienta un precedente del "efecto Cataluña" en el mundo.