"Mientras que en las últimas décadas Brasil consiguió reducir la mortalidad infantil significativamente, el número de muertos entre los adolescentes creció de una manera alarmante; es primordial que el país valore mejor la segunda década de vida y dé a la adolescencia la importancia que merece", remarca en el informe la representante de Unicef en ese país sudamericano, Florence Bauer.
Sin embargo, en el mismo periodo las muertes por homicidio de adolescentes pasaron de 4.754 a 10.290.
Unicef (Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia) calcula el IHA en cada grupo de 1.000 personas de entre 12 y 18 años; en ese grupo de población en Brasil 3,65 adolescentes corren el riesgo de ser asesinados antes de cumplir los 19 años.
Ese índice ha ido subiendo paulatinamente a lo largo del tiempo: en 2011 era del 2,8; en 2012 del 3,3 y en 2013 del 3,4.
Según Unicef, si las condiciones que había en 2014 no cambian entre 2015 y 2021, un total de 43.000 adolescentes serán asesinados en los 300 municipios brasileños analizados.
Río de Janeiro y São Paulo ocuparon la posición número 19 y la 22, respectivamente, entre las capitales (índices de 2,71 y 2,19).
El estudio coordinado por Unicef cuenta con la colaboración del Ministerio de Derechos Humanos del Gobierno de Brasil, el Observatorio de las Favelas y el Laboratorio de Violencia Urbana de la Universidad Estatal de Río de Janeiro (UERJ).