"Los estados que presentaron un crecimiento superior al 100% en las tasas de homicidios en el periodo analizado están en las regiones norte y noreste; destaca el estado de Río Grande do Norte, con un crecimiento del 232%", apunta el informe.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) considera "epidemia" una tasa mayor de 10 muertes por cada 100.000 habitantes.
Después de Río Grande do Norte lo estados más violentos de Brasil son Sergipe (134,7%) y Maranhão (130,5%).
Los estados de la región sudeste del país son los que registraron una caída más destacada en los índices de violencia en la última década.
En São Paulo retrocedió un 44,3% (se pasó de 21,9 asesinatos por cada 100.000 habitantes a 12,2); y en Río de Janeiro la caída fue del 36,4% (de 48,2 a 30,6).
La ciudad más violenta de Brasil sería Altamira (estado de Pará, norte del país), con una tasa de homicidios de 107 personas por cada 100.000 habitantes.
Por otro lado la más pacífica sería Jaraguá do Sul, en el sureño estado de Santa Catarina, donde la tasa fue de 3,7 personas asesinadas.
El informe también confirma el perfil mayoritario de las víctimas de la violencia: hombres, jóvenes, negros y habitantes de las favelas y periferias de las grandes ciudades.
"Los hombres jóvenes continúan siendo las principales víctimas: más del 92% de los homicidios afectan a esa parcela de la población (…) de cada 100 personas asesinadas en Brasil 71 son negras", apunta el estudio.
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Según las informaciones del Atlas de la Violencia los negros tienen un 23,5% más de opciones de ser asesinados en comparación con los brasileños de otras razas, independientemente del efecto de la edad, escolaridad sexo, estado civil y barrio de residencia.