La nota fue publicada tras las negociaciones del vicecanciller ruso Ígor Morgúlov y el representante del Gobierno chino para asuntos de la península de Corea, Kong Xuanyou.
"Rusia y China condenaron la continua militarización acelerada de Asia nororiental, destructiva para la estabilidad y la seguridad regional, y que podría dar lugar a un conflicto militar a gran escala", informó el ente.
Se hizo hincapié en la necesidad de trabajar conjuntamente con todos los países interesados para iniciar lo antes posible el proceso de negociaciones con el fin de encontrar una solución mutuamente aceptable y completa de los problemas de la región.
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Las partes sugirieron usar como base de esta solución la hoja de ruta ruso-china sobre la normalización de Corea.
A principios de julio pasado, Moscú y Pekín se pronunciaron por declarar una moratoria simultánea sobre el programa norcoreano de misiles y armas nucleares y los ejercicios conjuntos a gran escala de EEUU y Corea del Sur, así como avanzar hacia la desnuclearización de la península de Corea.
El Departamento de Estado declaró a mediados de este agosto que EEUU no piensa renunciar a los ejercicios aliados en la península de Corea, reafirmando así el rechazo de Washington y Seúl a un planteamiento que fue formulado originalmente por Pekín y que se plasmó luego en una iniciativa chino-rusa.
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Por su parte, Pyongyang evitó responder a la propuesta de Moscú y Pekín.
Según las estimaciones previas, la bomba tuvo una potencia de entre 50 y 70 kilotones.
Fue el sexto ensayo atómico desde que Corea del Norte se proclamó potencia nuclear en el año 2005; los anteriores tuvieron lugar en 2006, 2009, 2013 y dos en 2016.