Luego de asistir a la inhumación de los restos de Céspedes, "Padre de la Patria", y de Mariana Grajales, madre del segundo jefe militar del ejército libertador, Antonio Maceo, Castro colocó una ofrenda floral ante la urna que conserva los restos de Martí en la necrópolis de Santa Ifigenia.
El presidente y sus acompañantes depositaron también rosas blancas ante los mausoleos de los caídos el 26 de julio de 1953 en los ataques a los cuarteles Moncada, de Santiago de Cuba, y Carlos Manuel de Céspedes, de Bayamo, y de los mártires de las misiones internacionalistas cubanas.
El monumento funerario del Padre de la Patria y el panteón de Mariana Grajales fueron trasladados al área patrimonial central de Santa Ifigenia, cementerio inaugurado en 1968 y declarado Monumento Nacional en 1979.
Al pronunciar un discurso en el acto de inhumación, el historiador de La Habana, Eusebio Leal, dijo que Céspedes inició "la única y sola revolución que ha tenido lugar en nuestra tierra".
Leal recordó que Grajales convocó a sus 14 hijos a luchar por la independencia en una guerra en la que perecieron 17 integrantes de su familia.
Al referirse a Fidel Castro, el historiador expresó que la piedra de granito donde yacen sus cenizas representa la voluntad del pueblo y es la continuidad de la gesta iniciada el 10 de octubre de 1868.