Como en las familias, la separación de las partes tiene, además de un efecto emocional, uno material. Tanto independentistas como unionistas esgrimen argumentos a favor y en contra del divorcio de esta región del país.
El catedrático indicó que la economía española tiene "varios puntos fuertes". Destacó que hay regiones al sur del país que son agropecuarias y brindan a España un lugar privilegiado dentro de la Unión Europea. Mencionó también que el País Vasco concentra dos tercios de la capacidad industrial española, y que Cataluña posee una actividad económica "muy importante".
"Barcelona es un centro financiero relevante dentro de la zona del Mediterráneo, podría equipararse a Londres, por eso es sumamente importante para la economía española. Por ello varias entidades financieras miran con temor el proceso de independencia", explicó.
"Esto sirve de equilibrio de la eventual independencia catalana. En términos económicos sería algo recuperable para el resto de España. Sin embargo tendría un efecto en su economía e inclusive en la catalana, en momentos en que ambas están despegando", agregó.
Dos grandes instituciones del sistema bancario español cerraron sus sedes centrales en Cataluña. Tanto Sabadell como CaixaBank se trasladaron a Alicante y Valencia respectivamente, desde donde continuarán sus operaciones. En tanto que el Gobierno español aprobó una ley para facilitar a las empresas la salida de Cataluña.
Con la independencia catalana, desde el punto de vista del profesor chileno, los sectores clave de la economía de esa región, el financiero y el industrial, "se van a ir yendo lentamente hacia España en forma irreversible".
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"El problema de gran magnitud a contemplar es como va a hacer Cataluña sin grandes inversiones extranjeras para solventar el 12% de cesantía que hay en su población económicamente activa. El 9% de la fuerza de trabajo laboral no está incorporada a la economía de la región. Si logran independencia van a tener un problema sumamente grave en los próximos años", señaló.
En tanto, la Unión Europea "ve con bastante preocupación" el proceso de independencia catalán porque hay regiones del continente con "nacionalismos muy fuertes".
Si los nacionalistas catalanes logran lo que pretenden "podría haber una ola de imitación en toda Europa. Las reivindicaciones regionales son el dilema que deberá resolver la Unión Europea en los próximos 15 años. Este puede ser uno de los primeros eslabones de esa cadena, por eso [el bloque europeo] apoyan a España", concluyó.