El comentario vino después de que el portavoz del Ministerio de Defensa ruso, general Ígor Konashénkov, afirmara que los recientes ataques de Daesh en la provincia de Homs fueron lanzados desde una zona de 50 kilómetros alrededor de la localidad de Al Tanf, donde justamente está ubicada una misión militar de EEUU, y que el grupo terrorista había descubierto de alguna manera la ubicación oculta de las fuerzas sirias, a pesar de que para hacerlo se requerían unas capacidades avanzadas de reconocimiento.
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Serguéi Lavrov, ministro de Asuntos Exteriores de Rusia, se hizo eco de las declaraciones de Konashénkov y acusó al Pentágono de "realizar provocaciones de peligro mortal contra militares" rusos y sirios, y agregó que EEUU "incita a otros terroristas a atacar los puntos estratégicos importantes, donde Damasco restableció su poder legítimo".
Según Barrett, Rusia sigue una estrategia firme pero paciente, advirtiendo a EEUU de todo tipo de consecuencias de sus acciones.
EEUU, por su parte, también tiene una estrategia para conseguir sus objetivos a largo plazo en Siria.
"La cuestión más importante es si debe estabilizarse Siria y mantenerse como un solo país o destruirse. Hasta ahora, EEUU solo ha querido romperlo", sostuvo el analista.
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— Sputnik Mundo (@SputnikMundo) 9 августа 2017 г.
"La guerra contra el terrorismo es pura farsa"
En respuesta a la pregunta sobre las razones que podían haber hecho a EEUU a adoptar esta postura con respecto a Daesh, el experto en Oriente Medio señaló que, de hecho, no se trataba de ningún cambio en la estrategia de Washington.
"El verdadero papel de los grupos extremistas, como Daesh y Al Qaeda, no es solo luchar en interés de EEUU, sino también servir de una especie de enemigo falso. Eso se ha utilizado para justificar la intervención estadounidense en todo el mundo", opinó.
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"A medida que vamos dándonos cuenta de lo que realmente está pasando —de que la guerra contra el terrorismo es pura farsa, y los llamados terroristas, que EEUU pretende combatir, son en realidad una creación suya, un gran aliado de Estados Unidos, y que todo se hace en interés del imperio y de la facción expansionista de Israel— todo adquiere sentido", explicó Barrett.
"Entonces, parece lógico que apoyen a Daesh para destruir Siria, siguiendo el plan de Oded Yinon y el mapa de 'Fronteras de sangre' de Ralph Peters. Estos son los planes de Estados Unidos e Israel de destruir los países de Oriente Medio y balcanizarlos según fronteras étnicas para debilitarlos con el fin de que Washington y los israelíes puedan controlar la situación y aprovecharse de los recursos".
Barrett enfatizó que si la paz llega a Oriente Medio, EEUU se verá obligado a retirarse de la región y poner fin a su apoyo encubierto y manifiesto a la desestabilización y destrucción de los gobiernos que no le convienen.
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"Realmente deseo que el Gobierno de Estados Unidos retroceda en todo este ataque contra Oriente Medio. Solo tiene que marcharse. Para hacerlo debería dejar de apoyar a estos grupos extremistas y reconocer que ha fracasado en el esfuerzo para desestabilizar a estos países. Es hora de pasar a una nueva etapa, donde [Washington] ya no desestabilice a otros países ni intente derrocar gobiernos, sino que trabaje con los socios de todo el mundo para la estabilidad", sugirió.
Estrategia del caos controlado
El observador político y militar ruso Vladímir Kozin coincide con Barrett, pero añade que, por desgracia, es poco probable que Washington cambie su estrategia de alimentar el caos en la región, ya que se beneficia demasiado de él.
Según Kozin, el objetivo de Washington es "recrear y fortalecer el terrorismo internacional pero fuera de su propio territorio, en los países que están muy cerca de Rusia", una política que recuerda el enfoque estadounidense contra la Unión Soviética en Afganistán en los años 80.
Además, Kozin señaló que" Washington quiere eliminar el legítimo Gobierno sirio de Bashar Asad porque no les conviene. Por lo tanto, está creando este caos militar y terrorista para mantener tensos a otros estados, así como suministrar armas y maquinaria bélica a sus aliados que supuestamente están luchando contra los terroristas".
"Es decir, EEUU tiene objetivos grandes y de largo alcance. Los estadounidenses no lucharán realmente contra las organizaciones terroristas que crearon, alimentaron y continúan apoyando", concluyó Kozin.