Según el autor, ya surgen nuevos problemas relacionados con las crecientes tensiones entre Francia y Alemania, por una parte, y varios países de Europa oriental, por otra. En un futuro próximo, la República Checa, Hungría y Polonia pueden repetir el camino del Brexit.
"Ahora, otra ruptura puede estar esperando a Europa, impulsada por una mezcla similar de cólera reprimida y maniobras políticas a corto plazo. Esta será entre el viejo núcleo democrático de Europa Occidental de la UE, liderado por Merkel y cada vez más por Emmanuel Macron, que están dispuestos a integrar la zona euro, y los autoritarios populistas de Europa del Este, a quienes no les gusta Bruselas. Esta vez los argumentos son sobre la libertad política y la soberanía nacional", escribe Micklethwait.
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A finales de este mes el analista considera probable que los checos tengan un nuevo primer ministro algo semejante a Donald Trump —Andrej Babis- un multimillonario populista que quiere enviar a los inmigrantes árabes de vuelta a casa y promete hacer que el Gobierno funcione tan bien como sus negocios.
Babis se opone claramente a una mayor integración europea del tipo que quiere Macron y está también contra la intromisión de Bruselas en los asuntos de Europa del Este.
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La tríada es liderada por el primer ministro de Hungría, Viktor Orban. "A pesar de los carteles de la oposición que lo representan a él y a sus amigos de negocios como gánsteres, se espera que Orban gane fácilmente las elecciones de Hungría el próximo año", señala Micklethwait.
En su opinión, salir de la Unión Europea es un suicidio económico para cualquier país de Europa del Este, y es obvio ante cualquier observador imparcial. Sin embargo, "los votantes británicos no pensaron de esa manera. Después de décadas de haber sido informados de lo inútil que era la UE, sobre todo en cuestiones de migración, millones de británicos enojados votaron a favor de marcharse".
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Para Micklethwait, los países más al Este de Europa tienen mucho más que perder que los británicos, en caso de que salgan de la Unión, y tampoco el Oeste quiere perder más miembros. Con todo eso, "existe también la posibilidad de que las manipulaciones a corto plazo se interpongan, de que la acción cree la reacción", concluye.