El experto en armas, líder y miembro de varios grupos que abogan por la no proliferación de armas y limitaciones de sus exportaciones, Jürgen Grässlin, relató a Sputnik lo que hay detrás de la decisión de excluir la participación estadounidense.
Según explicó el analista, la licitación supone suministros a gran escala de 120.000 nuevos fusiles de asalto por un valor total de casi 250 millones de euros.
Los expertos predicen que el G36 será remplazado por el HK-416 A5 con una cadencia de tiro de 850 disparos al minuto. La fabricante promociona este fusil como un arma perfecta para neutralizar 'blancos blandos', expresión que Heckler & Koch usa para referirse a los blancos no blindados así como a las tropas enemigas.
Lea más: Un partido alemán pide investigar la compra de armas "inservibles"
"Para Heckler & Koch esta licitación es cuestión de vida o muerte, ya que los ingresos anuales de esta empresa se cifran en 350 millones euros, en función de la situación en ciertos años", declaró el experto al referirse al monto total del contrato.
De acuerdo con los criterios de ITAR, Estados Unidos considera que tiene derecho a decidir a qué países está permitido exportar armamento. Esto significa que en caso de que los 'productos ITAR' pudieran participar en la licitación, Alemania tendría que recibir permiso de Washington.
"Creo que [los alemanes] no quieren que Estados Unidos o cualquier otra parte les ordene lo que deben hacer bajo el lema: 'Somos estadounidenses y podemos influir sobre producción, exportación, y destino de las armas'. En esta cuestión, sin duda, se trata de intereses estadounidenses", explica el experto.
Grässlin concluye que la exclusión de ITAR del concurso es "una victoria importante para los productores alemanes y europeos".